¿Por qué en los tres sexenios panistas, en 18 años, no se construyó una nueva Línea del Tren Ligero?
Ni Alberto Cárdenas ni Francisco Ramírez Acuña ni Emilio González Márquez pueden argumentar que no tuvieron el apoyo del Gobierno Federal.
Aunque parezca extraño, si un gobernador consentido tuvo el entonces presidente de la República priista, Ernesto Zedillo Ponce de León, ese fue el panista Cárdenas Jiménez.
El primer gobernador panista tuvo un extraordinario apoyo del gobierno federal priista, y tuvo la oportunidad de darle seguimiento a la herencia que le dejó el gobierno priista que le antecedió -con Guillermo Cosío Vidaurri primero y Carlos Rivera Aceves, después-, y continuar ampliando la Línea del Tren Ligero.
Pero no lo hizo. La movilidad, entonces, a través de un mejor transporte público no fue su prioridad. Quizás no quiso darle continuidad a una obra de origen priista.
Su sucesor, Francisco Ramírez Acuña, tuvo la ventaja de ser gobernador cuando llegó un panista por vez primera a la Presidencia de la República. Es cierto, si bien no tuvo una excelente relación con el guanajuatense Vicente Fox Quesada, una obra como la del Tren Ligero era muy vendible para el lucimiento, inclusive, del titular del Poder Ejecutivo Federal.
Pero no. Tampoco mejorar la movilidad mediante la modernización del transporte público fue su prioridad.
Llegó Emilio González Márquez y las obras en honor del automóvil crecienron como nunca, no obstante que echó a andar un modelo de transporte público como el Macrobús que terminó por ser “satanizado” por varias razones: “partió” a Guadalajara, provocó el fracaso de los negocios a lo largo de la calzada Independencia, benefició a unos cuantos, sus propios correligionarios se encargaron de contaminar políticamente el proyecto, se partidizó y fracasó el intento de hacer una segunda línea del BRT.
Curiosamente, durante los gobiernos de Ramírez Acuña y González Márquez, el panismo jalisciense tuvo una participación relevante en el Gobierno Federal a través de dos ex gobernadores: Alberto Cárdenas primero, con Fox y Calderón como secretario de Estado, y luego el propio Francisco Ramírez con Calderón a quien, inclusive, tuvo el tino de “destapar” en contra del deseo del entonces presidente Fox Quesada.
Cardenas con Fox y Calderón, y Ramírez Acuña con Calderón, tuvieron una excelente oportunidad de promover la creación de una nueva línea del Tren Ligero que viniera a aliviar el agudo conflicto vial que vive la zona metropolitana y ofrecer a la ciudadanía un modelo de transporte cuya efectividad estaba más que comprobada.
Pero las diferencias entre ellos, salpicado quién sabe por qué otras razones, impidió que se unieran en favor de los jaliscienses en lo que a tansporte urbano se refiere.
A esta negativa de los tres ex gobernadores del PAN a crear o construir una nueva Línea del Tren Ligero u ampliar la ya existente, se abre una clara sospecha: el hecho de que empresarios propietarios de agencias de automóviles apoyaron económicamente las campañas panistas.
¿Acaso el pago por ese apoyo económico a campañas del PAN fue no crear un modelo de transporte público que pudiera afectar la venta de automóviles de estos dadivosos empresarios filopanistas?
Si no me equivoco, se asegura que actualmente en la zona metropolitana se venden 300 automóviles al día. de ser cierto, ¿bajará la venta de unidades con la construcción de la Línea 3 del Tren Ligero?
¿Será que el regidor Alberto Cárdenas Jiménez aun se siente comprometido a no afectar los intereses de empresarios automotrices que financiaron su campaña y por ello se opuso a la Línea 3 del Tren Ligero, so pretexto de que no recibieron toda la información que solicitaron? ¿Por qué voto en contra en lugar de abstenerse, como lo hicieron panistas de otros municipios?
Dice un refrán: “piensa mal… y acertarás”.
3 julio, 2014