Julio César Hernández
“¡Tres, dos, uno… como Ramiro ninguno!”, gritó en pleno acceso del salón Benavento la conocida “Güera”, quien hiciera famoso hace cuatro años aquel otro “grito de guerra” en el proceso interno del PRIa la gubernatura: “¡Inge… Ramiro!”.
Y este gritó caló en los oídos de la interminable fila de invitados que hacían su entrada, entre saludos, abrazos y palmadas de espalda, a donde tendría lugar el evento en el que Ramiro Hernández García rendiría minutos después su informe de actividades.
Era el día de Ramiro. Era el día del Senador. Era, para algunos, el día del aspirante.
E insuficiente fue el salón para dar cabida a la gran cantidad de asistentes. Dos mil 165 sillas se colocaron a lo largo y ancho, pero fueron insuficientes. Cientos de invitados se quedaron de pie y fuera del salón. El número estimado de presentes alcanzó las tres mil personas.
Como invitada especial -junto con el senador Manlio Fabio Beltrones-, Beatriz Paredes Rangel no tuvo empacho para desvivirse en elogios para Ramiro Hernández:
“La fructífera labor de Ramiro, se inscribe en el trabajo eficaz, con perspectiva y visión a favor de México, de la bancada del PRI en el Senado de la República (…). Se mencionaba el valor de la política cuando esta representa ideales, propósitos superiores, y cuando no queda atrapada en el corto-placismo espectacular. Tal vez esa sea la cualidad más relevante de Ramiro…
“Recuerdo al dirigente consistente de la Liga de Comunidades Agrarias en un momento crucial para la vida de los maiceros jaliscienses (…); recuerdo a ese dirigente de la Liga que planteaba la necesidad de una alianza con el sector productivo agroindutrial (…); a quien desde entonces acompañaba a quienes en la industria tequilera han puesto en alto el nombre de México produciendo la bebida nacional (…); pero también recuerdo, de manera muy especial, al dirigente del Comité Directivo Estatal del PRI, al hombre que cumpliendo con una responsabilidad, tuvo un diseño de conducción incluyente y nunca pensó que el partido era un patrimonio personal…
“La institucionalidad de Ramiro al frente de la presidencia del PRI, fue uno de los factores para que en uno de los momentos más delicados de la vida partidista en Jalisco, no viviéramos un proceso ni de balcanización ni de infiltración de otras fuerzas. Y eso, como priista, te lo agradezco, Ramiro”, le dijo ante una estruendosa lluvia de aplausos.
Y remató:
“No ha descuidado su solidaridad con su instituto político, y como delegado general del Comité Ejecutivo Nacional en Tamaulipas, hizo… un brillante papel”.
11 septiembre, 2010