La lucha por el poder de Morena entre los grupos que encabezan Yeidckol Polevnsky y Bertha Luján han convertido a este partido, que llevó a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, en una botín de las ambiciones e intereses personales antes que en instrumento político para el fortalecimiento de la democracia en el país.
El último capítulo -de muchos más ya vistos- fue la celebración de un Congreso Nacional Extraordinario en donde se desconoció a Polevnsky como la dirigente nacional -sin precisar las causales- y se eligió para ser el presidente interino al diputado federal y ex dirigente de El Barzón capitalino, Alfonso Ramírez Cuéllar.
No es la primera vez que Yeidckol y Bertha se enfrentan en una lucha fraticida por el control del partido, y ahora con este evento Luján buscó mostrar “músculo” como presidente del Consejo Nacional morenista con un alto riesgo de ser nuevamente derrotada por Polevnsky ante la posibilidad de que se declare ilegal el Congreso Nacional y, por ende, la designación de Ramírez Cuéllar como el nuevo dirigente.
Y Yeidckol, que asegura sigue siendo la secretaria general en funciones de presidenta(sic), tiene su motivos para confiar en que le asiste la razón y que la ley está de su lado. El mismo domingo, en una entrevista radiofónica nocturna, enumeró las razones por las que el evento que congregó a mil 310 consejeros no tiene validez. Enumeró:
- Los cambios tienen que pasar por el INE y la Sala Superior del Tribunal Federal Electoral.
- Morena está en tiempos en que no puede realizar procesos electivos porque la Sala Superior del TFEPJ canceló el proceso anterior y mandató al CEN de Morena reponer todo el proceso.
- Existe jurisprudencia, la 48/2013, que señala una prórroga implícita de quien en ese momento ocupa el cargo (de presidente) hasta que se reponga el proceso.
- Se debe depurar el padrón que actualmente está inhabilitado por que lo “rasuraron” o está “embarazado”.
- Hay que llevar el padrón al INE para que lo valide.
- Posteriormente debe efectuarse el proceso de credencialización.
- Luego convocar a la asamblea electiva con tres meses de anticipación.
- Llevar a cabo el proceso electivo que se llevará otros tres meses.
- En su orden del día -del Congreso Nacional- no se hablaba de ninguna destitución y para hacerlo había que fundamentarlo.
- En los estatutos de Morena no existe la figura de dirigente provisional o interino.
Con estos argumentos, Yeidckol Polevnsky descalifica el Congreso Nacional y todas las decisiones que ahí se tomaron, y reitera que ella sigue al frente del partido y concentrada en cumplir con el mandato del Tribunal Electoral. Al mismo tiempo, Ramírez Cuéllar asegura que él es el nuevo dirigente nacional y que Polevnsky retomará su responsabilidad únicamente como secretaria general.
Y frente a éste escenario, López Obrador se “lava las manos” y reitera que él no se involucrará en los asuntos del partido que él fundó y a través del cuál ganó la presidencia. Sin embargo, nadie se sorprenderá si llegado el momento da el “manotazo” para poner en paz a los rijosos y obligar a que se cumpla su voluntad… aún desconocida.
Mientras tanto, ¿cuál será el resultado de este nuevo enfrentamiento entre Yeidckol y Bertha? Hasta el momento la ventaja es para la primera y todo indica que podría imponerse una vez más, con lo que Luján y Ramírez Cuéllar podrían quedarse “colgados de la brocha”. ¿Será?
Al tiempo…