Mientras su atención está en armar shows en contra del regidor Carlos Lomelí Bolaños, el magistrado Armando García Estrada y la empresa Abisalud, SA de CV, entre otros, con el propósito de que no se conozca la manera irregular con la que operó con la Sala Superior del Tribunal de Justicia Administrativa para llevar a cabo la ilegal licitación de arrendamiento de unidades para la seguridad pública, con la presunta falsificación de documentos, el presidente municipal de Guadalajara, Jesús Pablo Lemus Navarro, sufrió ayer una dolorosa derrota al no poder sacar adelante la “jugosa” renegociación que pretendía hacer de la deuda del Ayuntamiento de Guadalajara en la frustrada sesión de Cabildo programada para ayer por la tarde.
Por un lado, Lemus Navarro no cuenta con los votos de los regidores de oposición que le son tan necesarios -cuando menos uno para lograr la mayoría con la suma del voto de los ediles de MC-, y que no pudo obtener en una reunión que sostuvieron el viernes pasado. Pero, por otro lado, al parecer tampoco cuenta con el apoyo y la aprobación dentro de su bancada edilicia de Movimiento Ciudadano, particularmente de aquellos regidores que no son de su equipo y que están más identificados con el grupo de Casa Jalisco -o del ex alclade Ismael del Toro Castro-, comenzando por el secretario general, Eduardo Martínez Lomelí.
Ayer los regidores alfaristas le hicieron “vacío” a Lemus Navarro y no hicieron acto de presencia para estar en la sesión programada para las 18:00 horas -con un Orden del Día que constaba de 43 puntos a tratar, entre comunicaciones recibidas, presentación de iniciativas y debate y, en su caso, aprobación de dictámenes-. Además, de “última hora” Martínez Lomelí notificó su inasistencia a esta sesión “por motivos personales”, con lo que se frustró el intento del presidente municipal Jesús Pablo por sacar adelante esa “jugosa” renegociación que le urge enviar al Congreso del Estado para su aprobación.
Hay que recordar que Eduardo Martínez Lomelí fue presidente municipal interino de Guadalajara ante la solicitud de licencia definitiva de Del Toro Castro como alcalde, y le fue impuesto desde Casa Jalisco como secretario general del Ayuntamiento.
En los corrillos del Ayuntamiento tapatío, este “vacío” fue interpretado como un claro y contundente mensaje de Casa Jalisco para quien ya se asume como el próximo gobernador de Jalisco y que, incluso, pretende actuar como si ya lo fuera.
En su afán de renegociar la deuda municipal de la que los regidores de Morena denunciaron que el munícipe pretende sacar una “jugosa” ganancia, Lemus Navarro realizó un mal planteamiento de dicha renegociación y, acusan, pretendió “chamaquear” a la oposición asegurándoles que luego de que el Congreso lo aprobara y quedara registrada ante la Secretaría de Hacienda, organizaría mesas de discusión en la que aquella participaría. Pero resulta que, como lo advirtió la regidora Mariana Fernández, ya aprobada por el Legislativo y registrada ante Hacienda, nada se puede hacer para echarla abajo o, cuando menos, modificarla. O sea que pretendía aplicar aquello de: “palo dado, ni Dios lo quita”.
En la frustrada sesión de ayer, Lemus Navarro pretendía replantear nuevamente la renegociación al Cabildo ante la urgencia de enviarla a los diputados para que la aprueben y continuar así con el proceso que corresponde. Pero nunca contó con que sus propios regidores de MC, identificados con Casa Jalisco, le harían el “vacío” y que el secretario general, Martínez Lomelí, se ausentaría por “razones personales”.
Y es que en su alocada carrera por la candidatura de Movimiento Ciudadano a la gubernatura, creyendo que ya la tiene “en la bolsa” y menospreciando a cualquier otro aspirante dentro de su partido, Jesús Pablo Lemus se topó con la cruda realidad de que aún hay quién manda en Jalisco, que existe un gobernador y que se llama Enrique Alfaro Ramírez, a quien ha osado enfrentar en varias ocasiones y por diversos motivos de manera pública, aprovechándose de que cuenta con “mejor prensa” que el Mandatario estatal.
Sin embargo, todo indica que, efectivamente, el “vacío” que le hicieron algunos regidores de MC y el secretario general del Ayuntamiento, fue un “freno de mano” que metieron desde Casa Jalisco, para hacerle ver y entender que él no es aún el gobernador de Jalisco.
Frente a este escenario, Lemus Navarro tiene dos posibilidades: Uno, que luego de confirmar en Casa Jalisco que entendió el mensaje que le enviaron, reciba “luz verde” para seguir buscando la renegociación de la deuda; dos, que terminen por obligarlo a olvidarse de esta renegociación a la que según Morena le sacaría “jugosas” ganancias, y que deje las cosas como las dejó su antecesor, Ismael del Toro Castro.
Pero si es lo primero, Jesús Pablo Lemus tendrá que enfrentarse al rechazo de la oposición para esa renegociación, y quizás no logre sumar los votos necesarios para poder enviarla al Congreso del Estado.
Y de ser lo segundo, entonces Lemus Navarro habrá recibido el primer “golpe” dentro de casa y su primera dolorosa derrota que lo puede llevar a modificar, por el momento, hasta “su forma de caminar”.
Al tiempo…