Los diputados extendieron una invitación a los representantes de la CTM, de la CROM, de la Coparmex y de la Canaco –a nadie más-, ante el Consejo Económico y Social (Cesjal) para analizar con ellos las presuntas reformas que pretenden hacerle al organismo.
Ante la posibilidad de que los legisladores “metan las manos” en el Cesjal para modificarlo “a modo”, creando un grupo de asesores técnicos, entre otras reformas, los representantes de la IP en el organismo cerraron filas y han amenazado con renunciar al mismo.
José María Andrés Villalobos, presidente de la Canaco, y Pablo Lemus Navarro, dirigente de la Coparmex, ya anunciaron que no asistirán hoy jueves a esta reunión con los diputados, pero tampoco irán los consejeros de la CTM y de la CROM.
Los cuatro consejeros han recibido el apoyo del resto de sus compañeros para que no asistan.
Es cierto que el Cesjal no ha cubierto las expectativas generadas con su creación, y que las pugnas internas han generado una serie de problemas que ahondan la crisis que vive. También es cierto que su presidente, Tomás López Miranda, no ha podido entenderse con la mayoría de los consejeros por su afán de tomar decisiones y llevar a cabo acciones sin presentarlas a consideración del pleno.
Y de ello hemos dado cuenta puntual en este espacio.
En una palabra, López Miranda no ha sido solución a los problemas que creyeron se resolverían con su llegada y la salida de Eduardo Orendáin, y algunos se han agravado.
Por todo lo anterior, no debe sorprendernos que ahora los diputados hayan puesto al Cesjal en su “mira” para meterle cirugía como lo han hecho con otros organismos del mismo carácter: Instituto Electoral e Instituto de Transparencia, por mencionar a dos de ellos.
Hay consejeros que entienden la postura de los diputados, aunque por supuesto no están dispuestos a aceptarla, pero reconocen que ellos mismos han dado pie para generarles la tentación de “meterle mano” al Cesjal.
Pero sabedores de esto, preparan una contrapropuesta al Congreso: ser ellos, los integrantes del Cesjal, quienes elaboren la iniciativa de reformas al organismo y proponérselas, para su discusión y análisis, a los diputados para que la hagan suya.
¿Lo aceptarán los diputados o, como ha sido su característica, imponen su voluntad, llevan a cambio las reformas “por sus pistolas” y someten a un organismo más para poder controlarlo.