Ayer poco después de las ocho de la noche, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez subió a Twitter, abriendo hilo, un aviso del que rescato esta parte:

“Esta semana será de mucho trabajo, análisis y definiciones, pero de seguir como vamos el proceso de reactivación económica tendría una posibilidad de definirse a partir del 15 de mayo. Aún nos faltan algunos días para hacer anuncios oficiales, aunque pueden tener por seguro que no vamos a caer en un acto de irresponsabilidad social…”.

Antes de esa hora busqué en las redes sociales del gobernador una referencia a este tema de la reactivación económica y no la encontré, y es que muy temprano se manejó en otras cuentas que en su reunión con las cúpulas empresariales Alfaro les habría anunciado que a partir del 18 de mayo se permitiría la apertura de negocios no esenciales de manera escalonada, pues la economía de las familias no aguantaba más de dos meses de inactividad. Esta versión al parecer, abría salido de una “fuente” empresarial.

La versión que le achacaron al gobernador, otros se la adjudicaron al rector de la UdeG, Ricardo Villanueva Lomelí.

Poco depués, en otras cuentas diferentes refirieron lo que al parecer era una aclaración a lo comentado líneas arriba y se la endosaban al coordinador Alejandro Guzmán Larralde, en el sentido de que aún no se había tomado una decisión sobre la posibilidad del retorno de actividades económicas, y que todo sería respetando las recomendaciones sanitarias, el monitoreo de contagios y la capacidad de hospitales.

Ante este “teléfono descompuesto” vale preguntarnos: ¿Quién es el vocero oficial en el caso del tema económico en medio de esta pandemia? ¿El Gobernador del Estado, el Coordinador de Desarrollo Económico, el Rector de la Universidad de Guadalajara o los presidentes de las cúpulas empresariales? ¿A quién de todos ellos hay que hacerle caso?

¿Cuándo es, entonces, el momento para la reactivación económica y comenzar con la apertura de negocios no esenciales? ¿El 18 de mayo como parece ser el deseo de los empresarios? ¿El primero o cualquier otro día de junio como lo plantea el rector Villanueva Lomelí, al advertir que mayo “es un mes crítico en la pandemia y en la que se debe de mantener el aislamiento”? ¿O debemos esperar a que el Gobierno Federal gire instrucciones al respecto?

¿O será que el gobierno les dice una cosa en privado a los empresarios y les da esperanzas de que antes de finalizar mayo comenzarán a reabrir algunos negocios, y otra cosa declara en público para no alentar el relajamiento de las medidas de protección o el aislamiento social? ¿O son los empresarios quienes a través de “filtraciones” pretenden presionar al gobierno estatal a que dé luz verde a la apertura gradual de negocios? ¿O no será, acaso, que hoy se sufren las consecuencias de haber adelantado el aislamiento y el cierre de negocios antes de lo que era adecuado, y como advierten los diversos sectores, hoy la economía de la familias no aguanta más tiempo de inactividad?

Y es que las cifras en este tema son preocupantes: en abril cerraron entre el 40% y 50% de las 300 mil micro y pequeñas empresas y alrededor de 60 mil jaliscienses perdieron su empleo.

Alfaro Ramírez anunció días atrás, y hoy lo reiteró, que el día 15 de mayo se definiría a partir de cuándo se podría iniciar la reapertura de las actividades no esenciales, dependiendo de algunas variables, pero hubo medios de comunicación y no pocas personas en sus redes que publicaron que a partir de ese día, el 15, iniciaba la reactivación de negocios.

¿Estamos conscientes de lo que el manejo de esta información puede generar entre la población? ¿Estamos conscientes de lo que hace creer a la ciudadanía el que se difunda que ya se decidió que el 18 de mayo, dentro de 13 días, comenzarán a abrir algunos negocios, cuando se advierte que entre el 6 y el 13 de mayo entraremos al pico más alto de los contagios?

Resulta, pues, de vital importancia: 1. Que se defina quién es el vocero oficial en este tema de la reactivación económica; 2. Que si el gobernador les dice una cosa a los empresarios y otra diferente a la población, es momento de que se hable con la verdad y haya un solo discurso; 3. Que los empresarios asuman la responsabilidad que tienen y que, sin desconocer ni minimizar la aguda crisis que padecen micro y pequeños empresarios y comerciantes, no utlicen la “filtración” como el instrumento para presionar al gobierno; y 4. Que en este punto no se ignore la voz de las autoridades de Salud, de los especialistas y los expertos, y que éstos no pretendan acomodar el escenario al gusto del Ejecutivo.

Pero hay un punto de la mayor trascendencia que debe de estar en el primer lugar de las prioridades del gobierno estatal: No “caer en un acto de irresponsabilidad social”, como lo escribió Enrique Alfaro en su tuit ayer, por esa inexplicable competencia con el gobierno federal y los gobiernos de otros estados por demostrar que en Jalisco nuestros gobernantes son mejores que ellos.

Entendamos que aún falta tiempo para el 2021 y el 2024. Preocupémonos primero por llegar sanos y salvos a esos años…

Y si no, al tiempo…