Por Julio César Hernández
En abril del 2006 decidió romper con una tradición familiar: seguir militando en el PRI.
Siendo diputado local, Salvador Cosío Vidaurri decidió renunciar al priismo y emigrar al PRD, a donde entró por la “puerta grande”: se convirtió en el coordinador de su bancada en el Congreso del Estado, aunque para ello tuvo que afiliarse a este partido.
Concluyó su gestión como legislador y prácticamente “desapareció” del mapa politico. Se sumó a una planilla para ser consejero estatal y ganó, pero nadie le avisó que tenía que ir a rendir protesta. Entendió el mensaje.
En la lucha interna por las dirigencias nacional y estatal se sumó al candidato de López Obrador, Alejandro Encinas, y a Marco Jasso, respectivamente. Su lopezobradorismo lo llevó, entonces, a desconocer la dirigencia interina de Acosta Naranjo y la de Vargas López; por lo tanto, habrá que entender que sus posibilidades de hacer política desde el PRD, por el momento, están “congeladas”.
Es por eso que ahora decide salir del PRD por la “puerta lateral” y entrar por la “principal” al partido Convergencia, pues será nada menos que el delegado del Comité Ejecutivo Nacional en Jalisco, mientras que el ex panista Manuel Castelazo lo será en la zona metropolitana, por extraño que parezca.
Juan Manuel Estrada también se suma y será su representante ante el Instituto Electoral del estado.
Ante la imposibilidad de renunciar a las filas del perredismo, pues argumenta que no tiene a quién renunciarle por no reconocer ni a la dirigencia nacional ni a la estatal, Cosío gaona envió un recurso al Tribunal Electoral del Poder Judicial, con el propósito de poner a salvo sus derechos como perredista.
A eso viene hoy el dirigente nacional de Convergencia, Luis Maldonado: a hacer oficial la integración de Cosío, Castelazo, Estrada y otros políticos más del resto del estado, provenientes del PRD y del PRI, a las filas del partido “naranja”.
Pero, ¿sabe qué? Le recomiendo que no pierda de vista a este partido en Jalisco, porque su trabajo político no será con miras a las elecciones del 2009 –ya están a la puerta-, sino para las estatales del 2012.
Y es que Convergencia puede ser la llave para “abrir” las aspiraciones de