Pensativo, atento, con las manos en la barbilla, Guillermo Cosío Vidaurri escuchó a Ignacio Morales Lechuga decir sobre las explosiones del 22 de abril de 1992 en el sector Reforma hace 25 años, cuando él como procurador general de la Repúbica metió a la cárcel a los presuntos responsables que no lo fueron y que lo reconoció en la presentacion del libro Testimonios sobre una herida abierta, de Jorge Federico Eufracio Jaramillo:
“La herida sigue abierta y no se puede cerrar…”.
¿Por qué no se ha cerrado la herida?-, le cuestionó un periodista a Cosío.
– Porque ha habido indolencia y falta de interés…-, respondió.
Cosío Vidaurri era el gobernador de Jalisco cuando ocurrió la tragedia. Y esa tragedia le costó el cargo cuando apenas llevaba recorrida la mitad de su sexenio.
¿Usted se considera también una víctima de esta tragedia?
– No puedo ser víctima, pero teniendo una idea clara, tengo que aceptar que la situación que vivíamos provocó problemas a mi en lo personal, lo acepto.
¿Fue entonces una víctima política?
– Puede ser…
Esta tragedia provocó que dejara inconcluso su sueño de gobernar Jalisco por seis años…
– Así fue, y lo lamento…
¿Cómo es su relación con Enrique Dau después de lo sucedido aquella ocasión?
– Es mi amigo, hemos sido amigos muchos años, creo que lo seguimos siendo.
¿No se enfrió su relación?
– No hay razón para eso…
¿Este hecho -las explosiones de 1992- no los distanció?
– De mi parte, no…
¿Cree que de parte de él (Dau), sí?
– Pienso que tampoco de su parte.
¿Se siguen viendo?
– Sí.
Con la mirada en el infinito, otras veces en el piso y algunas más dirigidas al ex procurador Moralos Lechuga quien disertaba sobre lo ocurrido aquella mañana del 22 de abril de 1992, quién sabe cuántas cosas, cuántos recuerdos, revoloteaban en la mente de quien tras la tragedia fue exiliado como embajador de México en Guatemala.
Mientras tanto, en el libro de Efracio Jaramillo el ex alcalde Enrique Dau Flores se refiere al ex gobernador Cosío Vidaurri como “quien fue mi amigo…”.
Y el lugar que ambos ocuparon en este evento celebrado en el Colegio de Jalisco, confirmaron el dicho de Dau Flores: se sentaron lejos uno del otro. De extremo a extremo, en la primera fila (foto).