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Gilberto Pérez Castillo

Poco a poco se empieza a saber el porqué de la sostenida belicosidad de Marco Levario Turcott en contra del grupo que derrocó a Carlos Briseño Torres de la Rectoría General de la Universidad de Guadalajara.
Lo que para algunos la permanencia Levario en la lucha briseñista era una simple prueba de lealtad de quien llegó a ser el Secretario Técnico de la Universidad en el rectorado de Briseño, lo cierto es que no era más que un intento de conseguir un acuerdo que dejará atrás las irregularidades cometidas por el ex funcionario universitario durante su paso por la institución.
La primera denuncias penales que se presentarán en contra de Marco Levario ya fue entregada y, por lo pronto, se habla de que el capitalino tendrá que responder acerca de pagos de servicios inexistentes, otras malversaciones de recursos públicos y hasta de un jugoso pago de suscripciones de su revista, Etcétera, cuyos ejemplares nunca fueron entregados.
Ahora se entiende que lo que intentaba negociar en los últimos días con funcionarios de la Universidad no era la devolución de las oficinas a Carlos Briseño, sino un esfuerzo deseperado para detener lo que ya veía venir, las denuncias en su contra por las irregularidades que cometió en el poco tiempo que fue funcionario universitario.