Propios y extraños se preguntan cuál es el paradero de la presidente del Consejo Nacional de Morena.

Adversaria férrea de Yeidckol Polevnsky, Luján Uranga convocó a la celebración del Congreso Nacional extraordinario del partido -que además encabezó el pasado fin de semana- en donde se eligió y tomó protesta al diputado Alfonso Ramírez Cuéllar como “presidente transitorio” en sustitución de aquella, y quien tendrá la tarea de convocar en un plazo de cuatro meses a la elección de la nueva dirigencia nacional.

Sin embargo, concluído el Congreso Nacional, Bertha Luján ha desaparecido de la escena pública y no ha hecho declaración alguna sobre la polémica desatada por la presunta destitución de Polevnsky y la designación de Ramírez Cuéllar en su lugar.

El día del evento -domingo 26-, subió a su cuenta tres tuits: Uno, donde da cuenta de que se logró el quórum legal para celebrar el evento; el otro, donde informa que “con amplia mayoría, hemos tomado acuerdos importantes para seguir la ruta y construcción de un partido-movimiento”; y en el tercero agradece a los asistentes y presume que “demostramos que la base y militancia de MORENA es mucha pieza”.

Ni ese día ni después hizo o ha hecho referencia a la designación de Alfonso Ramírez Cuéllar como “presidente transitorio” del partido, figura que no existe en los documentos de Morena. El silencio de Bertha Luján sobre este punto es muy significativo, pues tampoco ha declarado al respecto a los medios de comunicación.

¿Por qué ha ignorado el que habría sido el punto más importante y trascendente de su Congreso Nacional Extraordinario? ¿Por qué no ha salido a defender la decisión tomada por los consejeros asistentes? ¿Por qué no ha refutado a Polevnsky, quien ha declarado que tanto el Congreso como la elección de Alfonso están fuera de la legalidad y de los estatutos del partido? ¿Su silencio es reconocimiento tácito de que Yeidckol tiene razón? ¿O le habrá dado un “jalón de orejas” en Palacio Nacional?

Si alguien sabe dónde está Bertha Luján, díganle que sería bueno que saliera a argumentar, con pruebas que lo fundamenten, que su Congreso y las decisiones ahí tomadas se enmarcan dentro de los estatutos de Morena… o que cuando menos aparezca para que desengañe a sus seguidores, si es el caso.