Hoy por la tarde Ricardo Villanueva Lomelí se despedirá de su “manada” cuando rinda su sexto y último informe en el auditorio Telmex. Ahí seguramente recibirá un cálido y apoteósico reconocimiento quien en 2015 vio frustrado su propósito de gobernar la segunda ciudad más importante del país, Guadalajara, y hoy está a días de convertirse en subsecretario de Educación Superior del gobierno federal, el de la 4T, el que encabeza la primera mujer en ser presidenta de la República, y con amplias posibilidades de ser su titular en 2027.
En seis días, el primero de abril, le transferirá la estafeta de la rectoría general de la Universidad de Guadalajara a su sucesora Karla Alejandrina Planter Pérez. Ese día los reflectores ya no serán para él.
Sin duda habrá tiempo y espacio para hacer un análisis más amplio y a fondo del rectorado de Villanueva Lomelí, pero lo primero que podemos decir es que esos seis años al frente de la UdeG deben dividirse en dos etapas: “con Raúl Padilla” y “sin Raúl Padilla”. En ambos momentos, deberá aquilatarse los logros y avances académicos y administrativos obtenidos para el bien del estudiantado y de todos los trabajadores académicos y administrativos. En ambos momentos, tendrá que analizarse y juzgarse el papel político que protagonizó frente a un gobierno, el de Enrique Alfaro Ramírez, que se impuso como meta acabar con la “era Padilla” en la UdeG.
Ricardo Villanueva entregará la rectoría general dejando partidarios y detractores. ¿Cuáles más? Estoy seguro que los primeros. Pero seguro habrá quien valore y destaque el valiente trabajo que hizo para enfrentarse al poder en el Estado, en aras de defender la figura política que no sólo lo impulsó, sino respaldó durante los momentos críticos de la lucha contra el alfarismo. Lo hizo sabedor de quién estaba detrás de él. Sin embargo, también habrá quien le cuestione y critique la postura que asumió ante ese gobierno alfarista, tras la muerte de su impulsor, ignorando quizás si en el texto póstumo que dicen le dejó Raúl Padilla venían hasta las instrucciones o indicaciones de cómo proceder ante ese enemigo en el poder ya en su ausencia.
Nadie podrá negar u ocultar el crecimiento de la Universidad de Guadalajara, su avance en diversas disciplinas y campos y los máximos logros, entre los que hay que destacar que el 100 por ciento de los aspirantes a ingresar a una preparatoria lo lograron. Y, por supuesto, su reconocimiento por tres años consecutivos como el mejor rector del país de una universidad pública, que no es cosa menor, y que sin duda fue un factor importante para ser llamado por Claudia Sheinbaum Pardo como su colaborador.
Ricardo Villanueva declaró días atrás que no se va a la subsecretaría de Educación Superior como parte de un proyecto político, dicen que la presidencia municipal de Guadalajara en el 2027 o la gubernatura en el 2030; sin embargo, ese es un tema que vale la pena desmenuzar con mayor detenimiento en los próximos días. Y lo haremos.
Por lo pronto, pongamos atención al mensaje que emitirá hoy por la tarde y que, sin duda, podría dar mucho de qué hablar.
Al tiempo…