El ocaso prematuro -apenas seis años de gobierno estatal, de los 18 que como mínimo se habían puesto como meta en su proyecto político- que vive hoy el Grupo Jalisco en Movimiento Ciudadano, es resultado de una serie de errores que no advirtieron en su momento, que cuando se dieron cuenta de ellos no quisieron enfrentarlos y que cuando pretendieron solucionarlos ya no supieron cómo hacerlo y fue demasiado tarde, pues no entendieron que los vacíos que unos dejan, otros los llenan.

Ayer referimos que el principio del fin del otrora Grupo Compacto sucedió cuando Ismael del Toro Castro declinó a buscar la reelección como presidente municipal de Guadalajara y no supieron reaccionar a tiempo y como mejor convenía al grupo; dejaron el vacío e inmediatamente fue ocupado por quien consideraban su adversario al interior de su casa: Jesús Pablo Lemus Navarro. Tres años después tuvieron la oportunidad de recuperar el terreno perdido, pero uno de los integrantes fundador del Grupo que debió de dar la batalla para hacerlo, el senador Clemente Castañeda Hoeflich, se “apanicó” -o lo “apanicaron”- y decidió hacerse a un lado para dejarle el camino libre al osado ex presidente de la Coparmex.

Pero otro de los grandes errores cometidos por el Grupo Jalisco en MC fue que su líder político, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, se “engolosinó” y nunca le dio oportunidad al resto de sus integrantes de “crecer” como debieron de hacerlo para enfrentar de la mejor manera “negros” escenarios como el que viven hoy. Desde 2009 cuando ganaron la presidencia municipal de Tlajomulco y hasta la fecha, todo giró en torno a su figura, su voz era la única que debía de escucharse y debería ser él quien dijera la última palabra.

El “caudillismo” y el “mesianismo”, del que en 2013 reconoció que corría el riesgo de caer en ello, terminó por “atraparlo”.

En abril del 2013, en el programa de televisión “Palabras Mayores” –Canal 8 de Telecable– Gilberto Pérez Castillo y quien esto escribe tuvimos una larga entrevista con quien un año antes había sido el candidato a la gubernatura y perdió frente al finado Jorge Aristóteles Sandoval Díaz. La crónica de dicha entrevista la publicamos el 22 de ese mes y año aquí en Marcatextos. Esto escribimos:

“Enrique Alfaro acepta, en el programa de televisión ‘Palabras Mayores’, que su movimiento corre el riesgo de caer en el caudillismo y mesianismo. Advierte:

“‘¡Por supuesto que lo corremos (el riesgo)! Y lo corro en lo personal, perder el piso y convertirme en lo que tanto critiqué’. Apunta: ‘Reconozco cuál es mi papel, y si antes todo giraba alrededor de mi, hoy el proyecto político gira en torno a una estrategia y no a una persona’.

“Sin embargo, al advertirle que prácticamente ya atravesó esa línea del caudillismo y mesianismo por ser el que habla a nombre del partido Movimiento Ciudadano, va más allá de eso y confiesa públicamente: ‘Yo soy la persona más conocida de este movimiento político y hay temas en los que es necesariamente mi aparición y mi presencia, porque si no, nuestro posicionamiento no tiene la misma fuerza…'”.

Hasta aquí parte de aquellas declaraciones del hoy gobernador.

Ese fue uno de los errores que Enrique Alfaro nunca atendió ni resolvió. Creyó, y cree, que sólo “mi aparición y mi presencia” le daban “fuerza” al posicionamiento y al movimiento. Nunca dejó que la voz y la palabra de personajes como Clemente Castañeda, Ismael del Toro y Hugo Luna le dieran “fuerza” también a su grupo y a su movimiento. Ellos, como integrantes y fundadores del movimiento, siempre vivieron “a la sombra” del líder. No se diga de quienes llegaron después.

En aquella entrevista televisiva, Alfaro también declaró: “Creo que llegamos al punto en que estos nuevos cuadros, Clemente, Ismael, Caro, Hugo y Ramón (Demetrio Guerrero), van a ir ocupando poco a poco su lugar y van a ser los que den la cara al final…”.

Eso tampoco sucedió. Todos estos “nuevos cuadros” ocuparon el lugar que su líder Alfaro quiso; él los ponía y él los quitaba. Y es fecha de que ninguno de ellos son “los que den la cara”. La cara la sigue dando Alfaro Ramírez, aún hoy, luego de que desde el año pasado anunció que ya no iba a hablar ni se iba a meter de y en los asuntos internos de Movimiento Ciudadano. Pero hoy, es él quien le sigue marcando el paso a aquellos que llamó “nuevos cuadros” que hoy ya se volvieron “viejos” sin que los dejaran que fueran quienes “den la cara”.

En 2013 Enrique Alfaro nos declaró que “si antes todo giraba alrededor de mi, hoy el proyecto político gira en torno a una estrategia y no a una persona”. Pero se equivocó, porque si bien mucho giró alrededor de la estrategia que les permitió ganar la gubernatura en 2018, desde entonces y hasta la fecha todo sigue también girando alrededor de él, alrededor de una persona. Y eso, sin duda, ha sido factor importante para el ocaso que vive hoy el Grupo Jalisco en Movimiento Ciudadano.

El caudillismo y mesianismo “atrapó” a Enrique Alfaro; se convirtió “en lo que tanto critiqué”, como nos lo dijo en aquel estudio de televisión de la vieja sede de Telecable, en la avenida Hidalgo de Guadalajara.