El partido Verde Ecologista de México colocó ayer sobre la mesa electoral de la coalición su “carta” con la que jugará por la candidatura al gobierno del Estado, en la persona de la diputada federal Claudia Delgadillo González, quien por cierto tiene bloqueado a Marcatextos en su cuenta de Twitter quién sabe por qué razones. Quizás algo no le gustó de lo que aquí publicamos, pero está en todo su derecho.
No hay sorpresa en el “destape” de la ex priista y ex morenista, ahora verdeecologista por azares del destino, pues es el perfil mejor posicionado que tienen en Jalisco, y a quien algunos consideran con ventaja si la coalición que sostienen con Morena y el Partido del Trabajo se mantiene en los comicios locales y deciden que sea mujer su abanderada.
Tampoco es sorpresa que el Partido Verde la “destape”, porque se aplicará el mismo procedimiento utilizado para la coordinación a nivel nacional, aunque ahora con más “candados” para evitar que les “brinque la liebre” como sucedió con Marcelo Ebrard Casaubón. O sea, así como Manuel Velasco fue el aspirante del Verde en la contienda nacional, Delgadillo lo es a nivel estatal, y seguramente el Partido del Trabajo lanzará a su propio contendiente para que juntos se enfrenten a los que se registren por el lado de Morena.
Contra lo que algunos creen, esto no significa que en Jalisco se rompió o romperá la coalición Morena-Verde-PT. Se replicará el proceso nacional y de entre los aspirantes saldrá un(a) ganador(a), que puede ser de cualquiera de estos tres partidos.
Ahora el caso de Claudia Delgadillo es muy interesante, porque su gran reto será traspasar la zona metropolitana y lograr no sólo ser conocida en el resto del estado sino convencer a los verdeecologistas, primero, y a los morenistas y petistas, después, de que es una buena opción para encabezar la coordinación estatal de la Defensa de la Cuarta Transformación, pues no bastará con llamarse Claudia y agregarle el “#es” que acompañó a su tocaya Sheinbaum Pardo, aunque sus publicistas se lo vayan a sugerir.
Por otro lado, Delgadillo González tendrá que cargar con el estigma de cómo sorpresiva e inesperadamente cambia de un día para otro sus preferencias políticas, pues nadie olvida que siendo coordinadora de campaña de José Antonio Meade, cuando era militante priista, de la noche a la mañana -literal- amaneció convertida en morenista y seguidora del entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.
Posteriormente, convertida en diputada federal por Morena, bastó que se cambiara de curul para aparecer a los pocos minutos como legisladora del partido Verde Ecologista, en esa convenenciera “catafixia” que efectuaron ambos partidos y que demostró lo “chapucero” que son.
Pero no todo quedó ahí. Como verdeecologista fue una de las más fervientes seguidoras y defensoras del ex secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, como aspirante presidencial y candidato a la coordinación de la Defensa de la Cuarta Transformación, y que quedó consignado en las ruedas de prensa que encabezó o en los eventos encabezados por el ex canciller, como por ejemplo la presentación de su libro en la Cámara de Comercio.
Sin embargo, otra vez de la noche a la mañana amaneció despojada del marceloísmo y convertida en toda una impulsora, ya casi “al cuarto para las doce”, de la candidatura de la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
Quizás esta es la imagen por la que más se conozca a Claudia Degadillo, que por su trabajo político de ya muchos años, principalmente en el PRI donde ocupó infinidad de cargos administrativos y de elección popular. Para muchos jaliscienses, no ha dejado huella como diputada local, como legisladora federal, como dirigente del PRI ni como titular de Asistencia Social en el Ayuntamiento de Guadalajara, durante la alcaldía del finado Jorge Aristóteles Sandoval. Pero sigue vigente políticamente.
Sin duda que no sorprende, pues, que sea la “carta” con la que juegue el PVEM, pero no tendrá un “día de campo” en la contienda por la candidatura. Y sólo se espera, de que no cambie de “carril” en el último momento.
Y si no, al tiempo…