Como era de esperarse, el magistrado presidente, Tomás Vargas Suárez, y los dos secretarios en funciones de magistrados del Tribunal Electoral del Estado, ratificaron la resolución del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana que reconoce los triunfos de Jesús Pablo Lemus Navarro en la contienda por la gubernatura y de Verónica Delgadillo García en la elección por la presidencia municipal de Guadalajara, ambas impugnadas con un Juicio de Inconformidad por Morena, aliados y sus candidatos Claudia Delgadillo González y José María “Chema” Martínez Martínez, respectivamente.
El Tribunal abordó también el caso de Tlaquepaque y ratificó el triunfo de la morenista Laura Imelda Pérez Segura a la presidencia municipal, que fue impugnada por la ex candidata de Movimiento Ciudadano, Citlalli Amaya, pero, al parecer, este asunto no le interesa ni siquiera a su propio partido, cuya dirigencia y demás militantes, no han emitido ni un solo posicionamiento en respaldo de su aún alcaldesa con licencia.
Obviamente, para Pérez Segura la resolución del TRIEJAL tiene su importancia y trascendencia, como para Lemus Navarro y Delgadillo García también la tiene, pero con la salvedad de que en Tlaquepaque no se registró el “cochinero” postelectoral, durante el escrutinio y cómputo, que los ojos de propios y extraños observaron en los comicios para la gubernatura y la alcaldía tapatía con la complacencia y complicidad del IEPC que preside Paula Ramírez Hörhne.
Para nadie es desconocido que tanto el IEPC como el TRIEJAL están sometidos al gobierno de Enrique Alfaro Ramírez, por lo que de antemano se esperaban sus resoluciones a favor de los candidatos de Movimiento Ciudadano y a nadie sorprendió lo que ayer, “agazapados” y “blindados” por vallas metálicas y elementos de la policía estatal, violentando la obligación de llevar a cabo audiencias públicas, resolvieron como todo mundo esperaba y al gusto de su verdadero jefe político.
Incluso, realizaron un ajuste en la votación aumentándole el número a cada uno de los candidatos, pero con el propósito de darle al candidato emecista los suficientes para que lograra rebasar el umbral del 5% que la ley establece para no considerar una posible anulación. O sea, le hicieron el trabajo completo. Y ahora nos explicamos, por qué el gobernador Enrique Alfaro y la dirigencia de MC hablaron apenas la semana pasada de que sería el tribunal el que resolvería la disputa, pidiendo que se respetara su resolución. Ya todo lo tenían preparado.
Por eso no merece mayor análisis lo determinado ayer por el magistrado Vargas Suárez -que dicen tiene intereses inmobiliarios- y demás compañeros. La sesión fue de mero trámite, pero era importante para los quejosos que ya se desahogara para poder recurrir a la siguiente instancia legal y combatir la resolución del Tribunal, en este caso ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación donde comienza la verdadera “lucha” legal, pues ahí no están a las órdenes del gobierno alfarista.
Y sí. Será en las instancias federales -Sala Regional y Sala Superior-, donde estarán a prueba los argumentos y elementos de defensa presentados por Movimiento Ciudadano para defender las presuntas victorias de Jesús Pablo y Verónica, como lo estarán los argumentos y los elementos de prueba que presente Morena para demostrar las irregularidades, el desaseo y las inconsistencias registradas durante los procesos de escrutinio y cómputo. Ahí se verá “de qué cuero salen más correas”.
Reitero: La resolución del TRIEJAL era de mero trámite. Ahora el “balón” estará en una “cancha” neutral donde, además, también estará a prueba la capacidad de cabildeo de las partes en conflicto, sólo que por lo que se ha visto, en este sentido Movimiento Ciudadano estaría en desventaja ante el desinterés demostrado por su dirigente nacional, Dante Delgado Rannauro, sobre el caso Jalisco y quien parece estar más preocupado por buscar tener una buena relación con la próxima presidente de la República que por pelear por una gubernatura que ya no le redituará lo mismo que la de Alfaro Ramírez.
Por el contrario, en Morena las altas esferas del partido no se han desentendido del proceso de impugnación y ahí tienen a Leonel Cota Montaño, uno de los hombres de mayor confianza del presidente López Obrador, y a Esthela Damián, una de las mujeres más cercanas de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, de quien fue secretaria particular, como los responsables del caso y quienes, por supuesto, querrán buenas cuentas a sus jefes, amén de la atención del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado.
Así, pues, hay que esperar a que la impugnación llegue a la Sala Superior del TEPJF y, en su momento, conocer su resolución que, obviamente, puede ser favorable a cualquiera de las dos partes, por lo que ya nada hay que hacer después de conocer su resolución y deberá acatarse la ratificación de la mayoría para Lemus Navarro o la anulación y realización de una elección extraordinaria.