Cuando se creía que Fernando Garza Martínez aspiraba a ser nuevamente candidato a la presidencia municipal de Guadalajara -que ya gobernó en el trienio 2000-2003-, de manera repentina y sorpresiva dio un viraje y se ha convertido en el primer aspirante a ser el abanderado del PAN a la alcaldía de Zapopan.
Garza Martínez -de acuerdo a versiones dentro de Acción Nacional- comenzó a ser promovido por la mayoría de los grupos políticos panistas en la Ex Villa Maicera, decisión que tiene su mérito porque si algo los caracteriza -o caracterizaba- es la división, las diferencias internas al momento de disputarse las candidaturas para llegar al poder que tuvieron en sus manos durante cuatro trienios -entre 1995 y 2009-.
Aparentemente las tribus blanquiazules zapopanas han llegado a un acuerdo y decidieron cerrar filas en torno a Garza Martínez, por quien apuestan para competir por la alcaldía en el 2021 frente a cualquiera de los demás adversarios que vayan a ser postulados por otros partidos políticos.
Para el panismo zapopano, Garza Martínez no es un desconocido; por el contrario, fue en Zapopan donde comenzó su carrera política ganando la diputación federal, y luego conformando el otrora poderoso Grupo Zapopan que fue amo y señor en el municipio y que en su momento él mismo encabezó, junto con Raúl Octavio Espinosa -ex secretario general de gobierno de Cárdenas Jiménez- y Juan Sánchez Aldana, ex alcalde zapopano, pero que al paso del tiempo se fue debilitando hasta su extinsión.
Fernando Garza, hay que reconocerlo, es un hábil político que ha sabido moverse en las entrañas de la política y de la que mucho aprendió durante su paso por la secretaría particular del gobernador Alberto Cárdenas Jiménez, la diputación federal, la propia presidencia municipal en Guadalajara y su sorpresiva candidatura al gobierno del Estado bajo las siglas del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
De hecho, en el PAN consideran que si algún “pecado” tiene Garza es haber sido candidato a la gubernatura del partido del sol azteca, pero consideran que ya cumplió la penitencia por la que consideran ha sido su peor error en la política.
Garza tiene habilidad y capacidad para saber entenderse tanto con el denominado “círculo rojo” -políticos, empresarios, periodistas, grupos de facto- como con los pobladores de las colonias de la periferia con los que logra conectarse, entenderse y llegar a buenos acuerdos. De hecho, en su paso por la alcaldía tapatía se le reconoce el trabajo que emprendió en las colonias del Oriente de la ciudad que le valieron ser reconocido por los ciudadanos de aquella zona, ser bien visto y bien recibido cada vez que las visita.
Si deveras los panistas de Zapopan ya se pusieron de acuerdo y le han apostado sus fichas a favor de Fernando Garza, sin duda habrán dado un primer e importante paso para creer que pueden comenzar a recuperar un territorio que en su momento fue uno de los principales bastiones del PAN en el país. De no ser así y volver a las andadas de autodestruirse en busca de quedarse con las “migajas” que cayeron de su cada vez más lejano paso por la alcaldía, entonces den por seguro que su resurrección quedará sepultada por las propias ambiciones de sus grupos y figuras que no ven más allá de sus propios intereses.
Y si no, al tiempo…