¿Es justificable el discurso del gobernador Emilio González Márquez en el marco del Banquete del Hambre, en función de la libertad de expresión a que tiene derecho?
Planteamos la pregunta porque la dirigente del PAN en el Distrito Federal, Mariana Gómez del Campo, disculpó y justificó las expresiones del Mandatario estatal.
De veras que resulta muy atrevido lo declarado por Gómez del Campo, pues hasta ahora es la única de todos los panistas habidos y por haber que ha salido en defensa de González Márquez.
O quizás es valentía la de la dirigente.
Y es que aquí ni siquiera sus más cercanos colaboradores han dicho “pío”.
El único que ha hablado del asunto es su director de Comunicación Social, Luis Fernando Chávez, quien en un artículo periodístico publicado el domingo reprobó la conducta de su jefe. Escribió:
“Fue un grave error no respetar a quien tiene una opinión distinta. Por ello se debe luchar siempre por coincidir en nuestras divergencias más extremas”.
Los demás que se han atrevido a hablar del asunto, inclusive el propio dirigente estatal Eduardo Rosales Castellanos, lo más que han dicho es que el Gobernador ya se disculpó.
Hasta ahí. No quieren moverle más al asunto para no hundirse al tratar de defender lo indefendible.
A diferencia de Mariana Gómez del Campo, el dirigente nacional del PAN, Germán Martínez Cázares, entendió el alcance de las declaraciones de su correligionario jalisciense y su posición fue bastante categórica y significativa, considerando el cargo que tiene. Dijo:
“No meto las manos al fuego por él”, le confesó a Joaquín López Dóriga en una entrevista radiofónica.
Eso sí, dijo que las disculpas ofrecidas por González Márquez habían sido oportunas, que ya recapacitó y aseguró que un incidente como el tan criticado no volverá a ocurrir. La verdad que esto último lo pondríamos en duda.
Y es que si bien en ocasiones anteriores no recurrió a palabras altisonantes, su postura de no aceptar la crítica y de reprobar o descalificar a quien no está de acuerdo con él ha sido recurrente.