Hoy llegamos al día 18 de septiembre y sólo faltan 13 para que los nuevos presidentes municipales y sus respectivos Cabildos asuman su cargo y los gabinetes de cada uno de ellos entren en funciones, pero es fecha que la Sala Regional Guadalajara del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) no ha resuelto las impugnaciones presentadas en contra de los resultados de las elecciones en Guadalajara y Tlaquepaque, por hablar de la zona metropolitana, presentadas por Morena y Movimiento Ciudadano, respectivamente, lo que ha generado incertidumbre, nerviosismo y especulación en torno a lo que decidirán los magistrados.

Y ese silencio se vuelve mas preocupante cuando cada día que transcurre es menor el plazo que los probables inconformes con la resolución de la Sala Regional tienen para recurrir a la Sala Superior del propio TEPJF, que es la última instancia y cuya resolución es finita. Ya no existe otra instancia a la cual acudir.

Este silencio de la Sala Regional, por el momento, ha dado pie a lo que atinadamente señala un agudo observador de la vida política nacional: que los protagonistas se han enfrascado en una intensa guerra por ganar la narrativa y crear percepciones. Los impugnadores, denunciando irregularidades fehacientes y comprobables durante el proceso de escrutinio y cómputo electoral, y algunas acciones previas por parte de las autoridades electorales en el Estado -IEPC Y TRIEJAL-, mientras los impugnados se defienden bajo el argumento de que todo el proceso fue impecable, que ganaron por una amplia mayoría de votos, sin querer ver que una parte importante no está centrada en la cantidad de votos obtenidos sino en la forma en como se obtuvieron.

Este es el meollo del asunto: no los “cuántos”, sino los “cómos”.

Para los protagonistas de esta lucha electoral, la espera se les ha hecho eterna, particularmente a los impugnados, pues la incertidumbre les ha generado un estrés que no se descarta tenga repercusiones en la salud de los involucrados; mientras que los impugnadores manifiestan paciencia, frialdad y hasta cálculo en su actuación mediática. Pero aunque ambos bandos aseguran estar confiados en que la resolución electoral de la Sala Superior les será favorable, sólo puede haber un ganador en esta etapa -la de la Sala Regional- y en la siguiente -Sala Superior-. El problema es que ninguno de los dos protagonistas saben en qué sentido vendrá esta primera resolución de las autoridades electorales federales. Y esto genera mayor preocupación y nerviosismo.

Quienes saben de estos asuntos en tribunales, aseguran que es de esperarse que la resolución de la Sala Regional se conozca en el transcurso de esta semana, a fin de que la Sala Superior tenga la próxima y hasta el día 30 de septiembre para resolver y definir quién gobernará la capital de Jalisco en los próximos tres años. Pero lo que hoy tiene al mundo político en Jalisco, particularmente al tapatío, “al borde de un ataque de nervios” es lo que primeramente decidirán los magistrados de la Sala Regional Guadalajara.

Es por eso que, quizás, ya nos imaginamos las escenas en los “bunkers” de Verónica Delgadillo y José María “Chema” Martínez: mordiéndose las uñas y dando el conteo regresivo del “diez, nueve, ocho, siete, seis…”.

Y si no, al tiempo…