El domingo, casi a la medianoche, una noticia llegó a mi celular: Falleció don Hector Álvarez Contreras. No fue sino hasta las 5:30 de la madrugada que leí con sorpresa esta lamentable noticia sobre la muerte de quien buscaba, por cuarta ocasión, volver a gobernar Zapotlanejo. Un infarto le quitó la vida de manera fulminante.

Antes de morir, Álvarez Contreras era el precandidato único de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de su municipio. Su objetivo quedó trunco…

Héctor Álvarez fue un hombre polémico, controvertido, “echado pa’delante”. Fue hombre noticia, para bien y para mal. Su imagen era de un hombre rudo, “peleonero”, pero “en corto” era todo lo contrario. Tranquilo al hablar, pero muy directo.

En octubre del 2021, quince días después de que entregó el cargo al actual presidente municipal Gonzalo Álvarez, postulado por el el partido Morena, Héctor Álvarez concedió una amplia entrevista para la revista Opinión Política que fue publicada en el número 695 en la segunda quincena de ese mes, de la que tomamos estas cinco preguntas que de alguna manera explican, en síntesis, su paso por la política jalisciense.

Cuando iniciaste en la política llegaste con un color, el azul del partido Acción Nacional, y terminas con otro color, el naranja del partido Movimiento Ciudadano. ¿Por qué dejaste el PAN y te fuiste a MC?

-Primero hay que entender que por encima de los partidos políticos están los seres humanos. En este caso, cuando empecé en Acción Nacional fue porque me invitó Acción Nacional. Con el transcurrir del tiempo yo seguí por Acción Nacional en el Congreso del Estado, hay que recordar que también ya fui diputado. Y después ya no hubo ese acuerdo o ese respeto que tiene que haber entre una institución y un ser humano. También hay que entenderlo, razonarlo y tomar decisiones.

“Hubo una situación especial en el 2012-2015 cuando Acción Nacional pierde el gobierno del Estado, pierde la mayoría de las alcaldías, pierde el Congreso, ¡pierde todo! Entra otro partido con otro gobernador y había que tener mucho respeto por esa institucionalidad y por esos colores que llevaban ahora a un nuevo gobernador, de otro color, al gobierno del Estado.

“Posteriormente a eso, después del 2012, hubo ya los primeros acercamientos con el actual gobernador Enrique Alfaro, con el maestro Enrique Ibarra Pedroza, con el jefe del Gabinete, Hugo Luna. Hubo acercamientos muy interesantes en los que de alguna manera volvimos a platicar del tema de mi regreso a la política para recuperar otra vez el gobierno de Zapotlanejo que había caído en las manos del mismo grupo que estuvo en el 2007 y que ahora estaba en el poder en 2015.

“Nos pusimos de acuerdo, platicamos, me gustó mucho la postura del hoy gobernador, la postura y enseñanza del maestro Enrique Ibarra a quien le tengo mucho respeto, lo conozco desde hace muchos años, y llegamos al acuerdo de que era necesario, olvidándonos de los colores partidistas y ahora por un color en específico, un color que representa una persona, un grupo de personas, y logramos otra vez encauzar el tema para regresar al Ayuntamiento de Zapotlanejo en las mismas condiciones, o peor todavía, en las que las recibimos en 2007: una gran deuda, un montón de laudos laborales, un montón de juicios de mucha gente que estaban demandando el pago de lo que estaban dejando pendiente con constructoras, con empresas, con proveedores, pero a final de cuentas volvimos a salir adelante”.

-Tuviste una experiencia muy particular: la de haber llegado como coordinador de la campaña de Fernando Guzmán, candidato a la gubernatura, en un momento en que el “barco” se estaba “hundiendo…”.

-Yo creo que para las personas que somos bien nacidas y que entendemos el tema de la lealtad hacia los amigos, a las personas o hacia alguna institución, no condicionamos cuando se nos encomienda una misión.

“En aquel tiempo mi lealtad estaba comprometida con don Fernando Guzmán, se cumplió con una misión en la que yo perdí una diputación federal que creo que estaba ganada por trabajo, por méritos, no porque me la regalaron. Se cumplió con una misión y al final de esa misión, pues los resultados fueron adversos. El compromiso moral, institucional y de persona que tenía yo de lealtad que le debía a esa persona, se acabó; se acabó la línea política, se acabó el proyecto y yo quedé libre completamente con la frente en alto porque cumplí con la misión que me encomendaron, haya sido como haya sido.

“De ahí que esa libertad total que yo tenía para decidir mi futuro en la política me dio la oportunidad de empatar los sentimientos, el criterio, los pensamientos, con la nueva línea que venía en el caso del actual gobernador Enrique Alfaro, y con quien hasta el día de hoy le debo toda mi lealtad”.

-¿Qué tan difícil fue para ti haber sido, en la lucha electoral del 2012, un crítico del adversario como era el candidato de Movimiento Ciudadano (Enrique Alfaro) y luego terminar sumándote a ese grupo, a ese partido político?

-En realidad nuestra función fue dirigir todo un proyecto que cobijaba a un candidato (Guzmán); los críticos del proyecto de enfrente, en ese momento, no fui yo, pues todos los candidatos traen sus equipos de trabajo, cada quien hace su tarea. Mi tarea fue dirigir más no conducir esas críticas, para que quede muy claro.

-¿Pero no te provocó un conflicto interno, personal, aunque no hayas sido tú quien la condujo? Se dio y luego tú ya estabas del otro lado…

-Yo creo que no me provocó ningún conflicto emocional porque todas las cosas que he hecho las he hecho con plena conciencia y con mucho criterio y con mucha madurez. Tan no me generó ningún conflicto que en la ocasión que buscó la forma o buscamos la forma de platicar con el actual gobernador, no tuvimos ningún problema en reunirnos, ¡ninguno! Y nos encontramos como si hubiéramos sido viejos amigos o compañeros de campaña… no sé, hay cosas que identifican a los seres humanos, hay puntos de coincidencia en donde los seres humanos que se manejan con cierto nivel de madurez logran entender que los grandes proyectos se realizan con la comunión de grandes ideas y y de personas que vibran en la misma frecuencia.

-¿Te vas satisfecho?

-Me voy contento, satisfecho y con la frente en alto… ¡muy en alto!