Las próximas horas serán cruciales para el futuro político de Jorge Vizcarra Mayorga, presidente municipal de Tonalá. Y ante este escenario, ahora no son pocos los que ya no quieren tocar el tema del escándalo en esta administración panista. Sólo el coordinador de la bancada blanquiazul en el Congreso, Jorge Salinas Osornio, insiste en que debe de retirarse del cargo.
Hay versiones que aseguran que mañana sábado podría hacerse pública la posición oficial del Partido Acción Nacional, a través de su presidente Eduardo Rosales Castellanos, que sería acompañada con la invitación a que el alcalde solicite licencia.
Otras versiones mencionan que podría ser a partir del lunes, sin descartar una sorpresa dominguera. Quizás todo dependa de la visita que hagan al municipio los enviados del Comité Nacional.
También hay quienes aseguran que no habrá ningún pronunciamiento panista sino hasta después del proceso electoral para elegir al nuevo dirigente del PAN en Zapopan, proceso que, por cierto, ha generado una guerra de correos electrónicos en los que se involucra a panistas de Zapopan que trabajan en Tonalá.
La verdad es que entre más tiempo pasa, más revelaciones salen a la luz pública sobre el escándalo tonalteca, lo que demuestra, además, que la visita que hizo Jorge Vizcarra a la Procuraduría de Justicia fue inútil, pues recuérdese que solicitó al procurador Tomás Coronado que se agilizara la investigación y pusiera fin a las “filtraciones”, pero no ha ocurrido ni una cosa ni otra.
La Procuraduría no ha concluído la investigación y, por otro lado, nos seguimos enterando de las declaraciones que han hecho los presuntos involucrados en el escándalo y que hoy se encuentran arraigados.
Por supuesto que hay razón para sospechar que se aprovecha este escándalo para cobrar algunas facturas pendientes entre los grupos panistas, pues de otra manera no se entiende como es que llega a los medios de comunicación el contenido de las declaraciones de los arraigados.
Los propios panistas recuerdan que Jorge Vizcarra nunca perteneció al grupo político del gobernador Emilio González Márquez, de ahí que no descartan que sean intereses políticos los que motivan que no salgan a defender a Vizcarra como sí se hizo con Tomás Coronado Olmos.
Lo que si nadie duda es que estamos en la antesala de ver caer, una vez más, a un nuevo alcalde panista en la zona metropolitana. Y que será su propio partido quien le dé la “puntilla” para que deje el cargo.
Claro, no son pocos panistas lo que esperan que sea el propio Vizcarra quien decida, por iniciativa propia, dejar el cargo y facilitar así su situación, y no esperar el posicionamiento de su partido.
Quizás esto es lo que nos tiene preparado Jorge Vizcarra Mayorga.