Cuando el gobernador Enrique Alfaro está ausente y es imparable la avalancha de escándalos, como el incontrolable brote infeccioso en hospitales públicos y privados, la revelación de millonaria compra de medicamentos sin licitación a una empresa vetada por el gobierno federal, y la triste realidad que viven los habitantes de Lagos de Moreno cuyo territorio se ha convertido en una verdadera “ciudad en llamas” donde la delincuencia hace y deshace a sus anchas, la Contraloría del Estado levanta su “cortina de humo” y concluye que sólo “fallas administrativas” hubo en la licitación para el arrendamiento de maquinaria pesada por parte del gobierno estatal.

¿O acaso el hacer público en este momento el resultado de su investigación fue para echarle más leña al fuego a los escándalos y temas polémicos que suma un día sí y el otro también el gobierno alfarista que ya no siente lo duro sino lo tupido?

Y es que, en verdad, ¿cuál era la prisa que tenía la contralora Teresa Brito para emitir un comunicado de prensa que no dice nada o que da a conocer un resultado a medias, pues no revela ni en qué consistieron esas “fallas administrativas” ni el nombre de los responsables?

Concluyo que levantar una “cortina de humo”, por instrucciónes de “arriba”, para tratar de mitigar los escándalos que enmarcan al gobierno alfarista mencionados al inicio de este texto.

Y es que demasiado benévolo -¿o deveras alguien creía que la contralora Teresa Brito se iba a echar ese “trompo a la uña”-, fue el resultado de la investigación de la cuestionada licitación dado a conocer por la Contraloría del Estado a través de un comunicado de prensa, en el que revela que sólo fueron “fallas administrativas” en las que incurrieron tres funcionarios de la Secretaría de Administración, pero que no comprometieron el resultado de la licitación ni la validez del contrato.

O sea, la Contraloría confirma que sí fue cierto lo publicado por el periódico El Diario NTR Guadalajara, pero administrativamente sólo hubo fallas y hasta ahí. La Contraloría estatal no quiso escarbarle más al asunto y deja que sea la Fiscalía Anticorrupción la que determine si hubo o no otro tipo de irregularidades, incluso presuntos delitos que ameriten una fuerte sanción para los posibles responsables.

La Contraloría, como lo declaró el diputado panista Jesús Hurtado, no quiso entrarle al fondo del asunto, no quiso investigar en serio; en tanto que el diputado y coordinador de la fracción de Morena, Bruno Blancas, subrayó que la Contraloría tenía suficiente información como para haber ido más allá en su investigación y resolver si hubo o no conflicto de interés o tráfico de influencias. Pero no fue así.

La contralora Teresa Brito, de alguna manera, sale bien librada de este embrollo. Confirmó que sí hubo irregularidades, contradiciendo así lo declarado por el propio gobernador Enrique Alfaro cuando dijo que no iba a haber nada qué buscarle a la licitación y que no había nada esondido.

Pero resulta que sí había algo escondido y que sí se le encontró algo a la licitación: fallas administrativas, por lo pronto. Fallas administrativas a las que la Fiscalía Anticorrupción tendrá que investigar más a fondo, pues la simulación de una licitación cuando las dos empresas finalistas comparten el mismo domicilio, la misma representante legal que, además laboró en las notarías de la familia del gobernador, así como el que ambas empresas comparten también algunos trabajadores o ejecutivos, como que no es para asumir una postura como la de Poncio Pilatos.

Así, pues, la Contraloría del Estado le asesta la primera abolladura a la que dicen está llamada a ser la licitación estrella de la administración alfarista, misma a la que aún hay mucho que escarbarle.

Y si no, al tiempo.