(Columna Entre Semana publicada hoy 04/09/19 en El Diario NTR Guadalajara)

Vaya exhibida pública le dio el gobernador Enrique Alfaro Ramírez al presidente municipal de Zapopan, Jesús Pablo Lemus Navarro, tras la farsa que montó en torno a la Villa Panamericana y la zona de El Bajío donde se encuentra ubicada, luego de declarar que prefería ir a la cárcel antes que dar los permisos de habitabilidad para el complejo que albergó a los deportistas en los Juegos Panamericanos del 2011.

De entrada, Alfaro Ramírez reveló que Lemus Navarro conocía de las negociaciones sobre el futuro de la Villa Panamericana desde el pasado 8 de febrero. “Desde el 8 de febrero iniciamos las reuniones de trabajo para atender este tema con el Ayuntamiento de Zapopan”. Y le refutó: “Nada de lo que hemos hecho en ese sentido se ha realizado a espaldas de la autoridad que tiene la responsabilidad constitucional en materia de ordenamiento territorial…”.

Luego, tras anunciar el decreto con el que declara a la zona de El Bajío zona de recuperación ambiental, le advirtió al munícipe zapopano que “ahora le toca al municipio actualizar sus instrumentos de planeación y alinearlo a este decreto”. Y lo “cucó”: “Ahora sí vamos a poner a prueba el compromiso de cada uno de las partes involucradas”.

Posteriormente reveló que Lemus Navarro, al igual que quienes lo antecedieron, ha urbanizado la zona de El Bajío. Dijo: “Entre 2012 y 2013 la urbanización aumentó 400%, pasando de 58 a 237 hectáreas, y desde entonces se han urbanizado un promedio anual de tres hectáreas”. O sea que en su primer período Jesús Pablo urbanizó, en promedio, 15 hectáreas.

Más adelante, ante las declaraciones que hizo Jesús Pablo Lemus a cuanto reportero tuvo enfrente de que no daría permisos de habitabilidad, Alfaro le restregó: “La Villa Panamericana ya tiene uso habitacional desde hace muchos años. Se lo dieron dos veces, a finales de 2009 y a finales de 2011, con dictamen de impacto ambiental”, además de que tiene autorizado “uso comercial y servicios turísticos, hotelero y de equipamiento institucional”.

Y para refrescarle la memoria a Pablo Lemus, quien tenía conocimiento de esto, mostró documentos del Ayuntamiento de Zapopan de 2009 y 2011 en los que se aprueba el uso habitacional de la Villa Panamericana y donde se asienta que “una vez concluidos los juegos, la infraestructura se adecuará como conjunto residencial de nivel socioeconómico medio-alto, respetuoso con el ambiente”. ¿Desconocía Lemus estos documentos?

Otro “gancho al hígado” le dio a Lemus que argumentaba la existencia de juicios en tribunales –gancho que le pegó también al ex titular de Prodeur, Trinidad Padilla; al rector Ricardo Villanueva, a Salvador Cosío y a Alejandro Cárdenas-, al asegurar que “otra vil mentira: no hay ya impedimento legal de ningún tipo para las Villas, porque así lo decidieron los jueces que atendieron cada uno de los tres juicios que fueron presentados y que fueron desechados”.

Alfaro le echó en cara a Jesús Pablo Lemus su farsa respecto al destino de la Villa. Dijo: “Las Villas son casas y siempre lo fueron, y tienen licencias otorgadas para ese fin desde hace años”.

Y para darle la “estocada” al histriónico alcalde de Zapopan, le recriminó: “Ningún gobernante puede ser tan irresponsable para decir que el futuro de Pensiones no es su problema -así lo declaró envalentonado Lemus-; después de todo, el Instituto de Pensiones no sólo atiende a los trabajadores del gobierno del Estado, también es (…) de todos los trabajadores de todos los municipios…”.

¿Con qué cara saldrá ahora el munícipe Jesús Pablo Lemus Navarro? ¿Seguirá “rasgándose las vestiduras” gritando que prefiere la cárcel y la destitución antes que cumplir con la ley?

Confieso: nunca creí que Alfaro me daría la razón y confirmaría que lo de Lemus fue una farsa y que es un “soberano mentiroso”.