Si hay quienes aún aspiran a presidir alguna de las muchas delegaciones federales en el marco de la Cuarta Transformación, más vale que se desengañen y busquen otro lugar dónde trabajar, pues Andrés Manuel López Obrador ya giró la orden categórica de que no habrá más ni nuevos nombramientos de personal de confianza, como es el caso de los delegados.

En aquel memorándum que el presidente de la República firmó con fecha del tres de mayo en el que, entre otras cosas, determina que deberán de devolverse las plazas no autorizadas, que no existirán los asesores internos, no se autorizará la compra o arrendamiento de vehículos nuevos ni la renivelación de plazas al alza en cuanto a las percepciones de los funcionarios, se define también cuál será el futuro de las delegaciones federales en cada entidad, decisión cuya difusión ha sido nula.

De entrada, el documento dice: “En congruencia con la reciente aprobación del dictamen que expide la Ley Federal de Austeridad Republicana del Estado, les instruyo de manera respetuosa que lleven a cabo la implementación de las siguientes medidas adicionales de acuerdo con la política impulsada por este gobierno, sin afectar a los trabajadores de base”.

Y en el punto número ocho de este memorándum, López Obrador dice:

“No habrá personal de confianza ni altos mandos en las delegaciones federales de las dependencias y entidades. El delegado estatal de Programas para el Desarrollo en cada entidad federativa deberá desempeñar la función de representante de todas las instituciones del gobierno federal, para lo cual se apoyará en el personal operativo de base”.

En una palabra: en Jalisco, Carlos Lomelí Bolaños será el representante de todas las dependencias federales -antes delegaciones-, entiéndase todas las secretarías que en gobiernos anteriores tenían un delegado responsable. O sea que tampoco habrá “subdelegados” o “encargados del despacho” de las ex delegaciones, como era la aspiración de muchos políticos que se sumaron a las filas de Morena en espera de asumir esa responsabilidad y que hoy estaban al pendiente de dichos nombramientos.

La instrucción presidencial es que Lomelí Bolaños no sólo atienda lo que corresponde a los programas sociales -a cargo anteriormente de la Sedesol-, sino también el trabajo que corresponde a otras dependencias federales. Por eso es que ante la tragedia en el municipio de San Gabriel se movilizó para conocer el alcance de los sucedido y coordinar los trabajos de apoyo por parte de Protección Civil federal, la Conagua, Comunicaciones y Transportes y otras dependencias más.

Por eso también asumió la tarea de intervenir como enlace en el problema que enfrentan los ejidatarios de El Zapote que reclaman el pago de sus tierras en lo que hoy es el aeropuerto internacional de Guadalajara.

Así, pues, Carlos Lomelí será el director de orquesta del gobierno federal en Jalisco y sus “músicos” serán los trabajadores de base de cada dependencia, descartándose de esta manera nuevos nombramientos al frente de cada una de las delegaciones federales, independientemente del nombre que se creía que tendrían.