En torno a la polémica y ya famosa presa El Zapotillo ronda una pregunta: ¿A quiénes dejará “colgados de la brocha” el presidente Andrés Manuel López Obrador: a los gobernadores Enrique Alfaro, de Jalisco, y Diego Sinhué Rodríguez, de Guanajuato, o a su secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Víctor Manuel Toledo, y a opositores a la conclusión de la obra?

Recordamos aquella imagen festiva en donde los mandatarios Alfaro y Rodríguez aparecían saludándose de mano al tiempo que anunciaban que habían llegado a un acuerdo a fin de que la presa El Zapotillo fuera una realidad y el agua que almacenara se repartiría entre Guanajuato y Jalisco, dejando entrever que eso sería con una cortina de 105 metros de altura que inundaría los poblados jaliscienses de Temacapulín, Acacico y Palmarejo.

Incluso, Alfaro Ramírez difundió un video grabado en Lagos de Moreno en el que garantiza a los jaliscienses que en esta negociación Jalisco fue el gran ganador, opinión no compartida en Guanajuato donde no sólo aseguraron que aquella entidad será la mayor beneficiada sino que revelaron que para que Jalisco obtenga la cantidad de agua anunciada, se tendría que levantar la cortina a 105 metros e inundar los tres poblados.

Frente a lo dicho por las autoridades de Guanajuato, el gobierno de Jalisco hizo “mutis”.

Y si la algarabía con que en aquella ocasión el gobernador Alfaro anunció el acuerdo con su homólogo de Guanajuato se vino abajo con las declaraciones de los funcionarios guanajuatenses, terminó por desaparecer con las declaraciones que hizo el titular de la Semarnat, en su visita a principios de semana, en el sentido de que veía inviable la conclusión de la presa El Zapotillo y que ese sería el informe que le entregaría al presidente López Obrador, aunque aconsejó a los vecinos opositores que se encargaran de recabar la información técnica necesaria para convencer a AMLO.

Se supo que un día antes por la noche, Toledo se entrevistó con Alfaro en Casa Jalisco y recibió del Mandatario toda la información con la que sostiene la conveniencia de concluir la presa; sin embargo, no convenció del todo al funcionario federal o éste, al igual que López Obrador y el propio Alfaro hicieron en campaña, dijo a las partes lo que ellas querían escuchar. En una palabra, a ambas les dió por su lado.

¿Cuál será, pues, la decisión que tome el presidente López Obrador? ¿Habrá valido la pena para Alfaro haberle dado la espalda a los habitantes de los tres poblados alteños, luego de que en campaña les prometió que los defendería, que no permitiría que se alzara la cortina a 105 metros y, por tanto, que inundara sus tierras, y mucho menos que se aportara agua del río Verde a Guanajuato?

Este, el de la presa El Zapotillo, es un tema más que se suma a los varios que el gobernador Enrique Alfaro tiene como “papa caliente” y en el que se juega su credibilidad frente a los jaliscienses, pues mientras en campaña dijo una cosa, ahora en la gubernatura su accionar es todo lo contrario.

Al tiempo.