El sol azteca se oculta en el ocaso… de la política.

Como en otros ocho estados -Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila, Colima, Nuevo León, Querétaro, Sinaloa y Sonora-, en Jalisco el Partido de la Revolución Democrática es hoy una caricatura de lo que alguna vez fue como tercera fuerza política estatal, resultado del secuestro del que por muchos años ha sido víctima del Grupo Universidad.

Como una franquicia, el PRD le fue entregado al jefe del grupo, Raúl Padilla López, y bajo ese mando ha transcurrido bajo la batuta de dirigencias que no han pasado de obtener la victoria en no más de una decena de Ayuntamientos y de llegar al Congreso del Estado con dos legisladores máximo por el camino de la representación proporcional o plurinominales.

Sí, como en su momento sucedió con el vetusto PRI, todo mundo sabe dónde está el que dirige al PRD, pero también conoce dónde vive el que manda.

A diferencia del Partido Verde Ecologista de México que en ésta elección estatal jugó solo al romper su alianza con el Revolucionario Institucional, el PRD decidió aliarse con su adversario político, el partido Movimiento Ciudadano, y su enemigo ideológico, Acción Nacional, para ir en busca de alcaldías y diputaciones federales y locales donde lo único que obtuvo fue el fracaso.

A la gubernatura postuló a Carlos Orozco Santillán, quien realizó un enorme sacrificio personal y físico para tratar de hacer una campaña decorosa, en la que también fracasó. Giras en solitario, sin mayor presencia que algunos de sus colaboradores y ciudadanos que por accidente transitaban en sus recorridos, así como su pésima participación en los debates, se reflejó en los no más de 35 mil votos que obtuvo.

En el caso de sus candidatos a diputados locales, postuló a tres candidatos: Mara Robles, en el distrito 3; Enrique Velázquez, en el distrito 4; y Gerardo Quirino Velázquez, en el distrito 12. Robles fue derrotada en las urnas, pero llegará al Congreso gracias a que fue incluida en la lista de candidatos plurinominales, mientras los dos Velázquez obtuvieron el triunfo pero gracias a que hicieron su campaña bajo el “cobijo” de las siglas de Movimiento Ciudadano y ocultando las del partido del sol azteca. O sea, son diputados gracias a la ola alfarista.

Sin duda alguna, los tres diputados agradecerán a MC en el recinto legislativo, como parte de la 61 Legislatura, los favores recibidos.

En el caso las diputaciones federales, como parte de la coalición Por México al Frente, postuló a Mónica Almeida quien llegará a San Lázaro gracias al efecto Alfaro. Pero nadie más.

Así, pues, hoy el PRD fue enviado a un vergonzoso séptimo lugar como fuerza política y ello motivó que no recibirá financiamiento estatal al no alcanzar el 3% de la votación en las elecciones ni por la gubernatura, las diputaciones locales o los ayuntamientos.

Y si no perdió el registro fue gracias a que es un partido nacional que, sin embargo, también estuvo a punto de perder el registro, pues no obstante que en la elección presidencial apenas si obtuvo el 2.8% de la votación total, para el Congreso de la Unión -diputados y senadores-, logró el 5.2% en ambas elecciones, lo que le permitió seguir con vida.

Así, pues, hay quien asegura que el PRD está viviendo horas extras, pero aquí en Jalisco su futuro puede cambiar, para bien o para mal, si el “romance” del Grupo Universidad con el alfarismo sobrevive el sexenio o el divorcio llega antes.

Y si no, al tiempo.