(Columna Entre Semana publicada hoy 09/09/19 en El Diario NTR Guadalajara)

El sábado pasado vino sigilosamente a Guadalajara el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, y se refirió que el motivo de su presencia era supuestamente, ante las amenazas de rebeldía interna, hablar con y advertirle a los diputados integrantes de su fracción parlamentaria que la postura de su partido e instrucción era votar en contra del dictamen de reforma a la Constitución local que adiciona el artículo 117 bis para la conformación de un nuevo Constituyente como lo proyecta el gobernador Enrique Alfaro en el marco de la refundación.

Sin embargo, también trascendió que Marko Cortés sostendría un encuentro con el gobernador Alfaro Ramírez, sin saber si era para negociar los votos panistas o para notificarle simplemente la postura de los diputados de su partido, cortesía que no tiene explicación que le hubiera corrido al mandatario jalisciense.

Pero además del sentido del voto de la bancada panista –que todo mundo advierte dividida y fracturada por este tema-, el otro lado de la moneda está en la postura que asumirá sobre este asunto la fracción parlamentaria del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que desde la perspectiva de Marko Cortés estaría interesada en apoyar el proyecto alfarista para, de esta manera, abrirle la puerta a una reforma constitucional federal al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Morena cuenta con seis diputados: Erika Pérez García, Norma Valenzuela Álvarez, Bruno Blancas Mercado, plurinominales; María Esther López Chávez, del distrito 7; Arturo Lemus Herrera, por el distrito 11; y María Patricia Meza Núñez, por el distrito 16. Si el pronóstico del panista Marko Cortés se cumpliera y los legisladores morenistas entendieran que este es el juego, entonces le darían a Enrique Alfaro los votos necesarios para aprobar su reforma constitucional, aún y cuando los nueve diputados del PAN le hicieran caso a sus dirigencias y sufragaran en contra.

Con sus 16 votos, los dos del PRD, uno del Verde Ecologista y otro del PT, los alfaristas tendrían 20 votos y alcanzarían las dos terceras partes de los necesarios para aprobar su iniciativa con los seis votos de Morena. Claro, siempre y cuando asistieran a la sesión los 38 diputados que conforman en total la actual Legislatura.

Si a los votos que pudieran emitir los morenistas a favor de la reforma constitucional se suman algunos sufragios más de panistas rebeldes, entonces se abría sorteado la primera aduana sin mayores problemas, quedando en espera que lo mismo suceda con la mitad más uno de los Ayuntamientos del estado para que entonces el Legislativo declare la constitucionalidad de la reforma referida. Pero, ¿realmente los morenistas aportarán sus seis votos al proyecto clave, a una de las joyas de la corona de la renombrada refundación de Alfaro Ramírez, para que pueda crear una nueva Constitución del Estado? ¿Si en Jalisco se aprueba un Constituyente, realmente se le estará poniendo la oportunidad en “bandeja de plata” a López Obrador para que haga lo mismo a nivel nacional? ¿No encontrará resistencia y oposición que provoque no lograr los votos requeridos a nivel federal para dicha reforma?

La postura antialfarista que ha mantenido la fracción de Morena en el Congreso lleva a presumir que sería la misma en torno a este polémico tema, pero ¿de veras la preocupación y advertencia lanzada en Jalisco por el panista Marko Cortés, podría concretarse si en el estado se aprueba la integración de un Constituyente? ¿Y, por otro lado, la existencia de este Constituyente, garantiza que habrá una nueva Constitución?

Para hoy lunes está programada una sesión ordinaria, lo que hace creer que pronto se agendará la siguiente para segunda lectura y posible aprobación o no del dictamen puesto a consideración, salvo que… Al tiempo.