¿Se sabrá algún día quiénes fueron los autores materiales e intelectuales de los actos violentos registrados el sábado pasado durante las asambleas distritales de Morena?

Para la magnitud de los hechos, no advertí ni en la dirigencia estatal de ese partido ni en el gobierno del Estado, ya fuera en la secretaría general de Gobierno, en la Secretaría de Seguridad o en la Fiscalía General, una actitud de preocupación en la misma proporción, pues la cosa no fue para menos: grupos armados -armas cortas y largas- que no sólo irrumpieron los salones donde se efectuaba el evento sino que incurrieron en robos a mano armada e, incluso, hirieron a varias personas.

Cuatro heridos, dos de ellos de gravedad, es el resultado de los actos violentos a los que el silencio del partido y el gobiernos ha acompañado, sin que se conozca la identidad de sus agresores y sin registro alguno de la intervención de los cuerpos de seguridad pública.

“Hechos trágicos”, los calificó el coordinador presidente de Morena, Hugo Rodríguez Díaz, quien confesó no saber quién estaba detrás de la agresión, descartando que hayan sido militantes morenistas enfrentados en sus intereses partidistas o gente del gobierno del Estado, pero deslizó que “pueda venir de ahí (del gobierno estatal)”, aunque reiteró que “ellos (los alfaristas) no pidieron el favor”.

Sin embargo, dejó en el aire que cada quien sacara sus propias conclusiones al decir: “¿Quién tiene el tamaño de organizar esto? ¿Quién puede tener camionetas sin placas? Alguien pidió el favor, y tiene la capacidad, para que se vea muy mal. Hubo ‘mano negra'”.

Pero si el arribo de grupos armados al lugar donde se celebrarían o celebraban las asambleas fue el punto grave del evento, no fue menor la amenaza, según reveló ayer el mismo Hugo Rodríguez, de un “levantón” en contra del regidor de Tlaquepaque Alberto Alfaro, “quien tuvo que escapar del lugar por las azoteas y ser luego custodiado por la policía municipal, tras escuchar la amenaza lanzada por individuos que deambulaban por el lugar de que “vamos a reventar y se traen al alfarito a como dé lugar”.

¿De todo esto hay denuncias ya interpuestas ante la Fiscalía General del Estado? Al parecer no. ¿Hubo denuncias por la agresión con arma de fuego en contra de cuatro morenistas? Al parecer no. ¿Se abrieron carpetas de investigación sobre lo sucedido? Al parecer no. ¿Hubo comunicación oficial alguna entre la dirigencia de Morena y la secretaría general de Gobierno? Al parecer no o al menos no se reveló que ello haya sucedido oficialmente.

La verdad es que hay muchas “lagunas”, muchos “hoyos negros”, muchas interrogantes sin responder y muchas cosas sin aclarar en torno a lo sucedido el sábado pasado en las asambleas de Morena.

Me quedo con la impresión de que quizás esperaban que sucediera algo extraordinaria para tener el pretexto o motivo de suspender la elección de las dirigencias. Reitero: el silencio, por un lado, y la preocupación no reflejada de los actores -partido y gobierno- por lo sucedido, no es proporcional a los hechos registrados.

Al tiempo.