Este texto lo escribí en el periódico Ocho Columnas el 4 de abril de 1994, semana y media después de que Luis Donaldo Colosio Murrieta fuera asesinado en Lomas Taurinas.
“Cuando Luis Donaldo Colosio Murrieta vino a Guadalajara -en febrero pasado- y estuvo en la colonia Insurgentes -dentro del décimo sexto distrito, fuertemente priista-, conoció los riesgos que acarrean los “baños de pueblo”.
“En aquella ocasión, intencional o accidentalmente, al estar enmedio del torbellino popular que le impedía dar un paso, Colosio Murrieta fue alcanzado en la barbilla por la uña -o uñas- de una mujer que se le acercó por detrás.
“De inmediato le empezó a brotar un hilillo de sangre que luego se hizo más grueso y que no cejaba de aparecer. Fue necesario que el entonces candidato sacara un pañuelo y saliera de entre la gente hasta abordar su Blazer azul, cubriéndose la parte herida.
“En aquella ocasión, acompañando de cerca al extinto candidato por toda la calle hacia arriba de esa populosa colonia, nos pudimos percatar de que no había el más mínimo impedimento para acercársele. Ni un sólo agente de seguridad evitaba que quien quisiera llegara hasta el candidato.
“Se le acercó todo el que quiso.
“Ya en el área de concentración, donde diversos representantes de colonos hicieron uso de la palabra, Luis Donaldo Colosio quedó prácticamente arrinconado contra una pared y rodeado por centenares de vecinos que querían verlo, estrechar su mano y plantearle su problema.
“En aquella ocasión no sólo estuvieron ahí colonos de la Insurgentes sino de muchas otras colonias de Tlaquepaque y Tonalá. Varios de Loma Dorada, quienes fueron dmanificados por la explosión del 22 de abril en el sector Reforma. A todos ellos atendió.
“Hasta él llegó quien quiso sin ningún obstáculo. Afortunadamente en aquella ocasión todo quedó en un simple rasguño.
“Sin embargo, vale señalar que la elección de la colonia Insurgentes no fue fortuita. Previo a la visita de Colosio, se mencionó a la colonia del Cerro del Cuatro como la elegida, pero precisamente por cuestiones de seguridad se desechó.
“Hombres cercanos a Luis Donaldo Colosio proponían e insistían que estuviera en el Cerro del Cuatro, pero el gobernador Carlos Rivera Aceves y la dirigencia estatal del PRI, por razones de seguridad del candidato, se opusieron.
“Y no era para menos. Recordemos que en el Cerro del Cuatro el Partido de la Revolución Democrática ha logrado incursionar en algunos pequeños núcleos de la población que a final de cuentas representaban un riesgo para la seguridad de Colosio.
“A eso habría que agregarle la disputa que existe en otra zona de esta colonia entre la CROC y el alcalde Eduardo Riverón Gámez.
“Ambas cosas presagiaban que el Cerrro del Cuatro significaba una amenaza para la integridad de Luis Donaldo Colosio Murrieta.
“Desgraciadamente eso no se previó en Lomas Taurinas, allá en Tijuana, Baja California…”. (Mañana:  “Fue un crimen político…”: Luis Colosio).