Si hay un responsable del enrarecido y enardecido ambiente postelectoral en Jalisco se llama: Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), que preside Paula Ramírez Höhne, y cuyo Consejo General ha demostrado una incapacidad enorme para hacer honor a los postulados que presumen en el muro principal de su sala: Certeza, Imparcialidad, Independencia, Legalidad, Máxima Publicidad y Objetividad.

Su ineficiencia y torpeza para operar el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) fue resultado de la pésima o inexistente capacitación para quienes estarían encargados de “alimentarlo”, como también para quienes fueron funcionarios de casillas correspondientes a la elección estatal, lo que deja abierta la sospecha de si realmente obedeció a su incapacidad o a una conducta intencional con la que violaron la regla de la imparcialidad.

Ante todo esto, irresponsablemente la presidente Paula Ramírez se encargó -inocente o deliberadamente-, de “echarle gasolina” al fuego, al emitir un comunicado -por cierto fechado anteayer martes 4 y terriblemente mal redactado-, plagado de mentiras, medias verdades y peticiones absurdas, en el que informaba, anunciaba o denunciaba -no sabemos qué quiso hacer- que “en todas nuestras sedes distritales y municipales metropolitanas se encuentras (sic) personas manifestándose y en algunas de ellas, se verifica la presencia de personas armadas que dicen pertenecer a un partido político”.

En el documento aseguró que “nuestro personal ha sufrido agresiones físicas durante el desempeño de sus funciones” y solicitó a los manifestantes y a las presuntas “personas armadas”, “retirarse de las sedes para que los cómputos cursen con normalidad”.

Ramírez Höhne aseguró en su documento que “se verifica la presencia de personas armadas”. ¿Quién “verificó” que había personas armadas? ¿Por qué nunca se les exhibió, cuando hoy es tan fácil tomarles una foto con el celular, a la persona y al arma? ¿Por qué nunca presentó pruebas o evidencias de la existencia de esas personas armadas? ¿Las presuntamente “personas armadas”, estaban en todas las sedes distritales y municipales metropolitanas o sólo en una, dos, tres, no sabemos cuántas? ¿Dónde exactamente estaban esas “personas armadas” que denunció sin evidencias de por medio la presidente del IEPC?

Luego afirma que esas “personas armadas” “dicen pertenecer a un partido político”. ¿A quién le dijeron que pertenecían a un partido político? ¿A ella? ¿A algún otro consejero? ¿A los guardias de la sede? ¿A sus empleados? ¿A quién? ¿Y a qué partido le dijeron pertenecer a “alguien” que hoy desconocemos quién es? ¿Al PAN? ¿Al PRI? ¿Al PRD? ¿A Morena? ¿A Movimiento Ciudadano? ¿Al partido del Trabajo? ¿Al Verde Ecologista? ¿A Hagamos o a Futuro? ¿A cuál de todos esos partidos pertenecían las presuntamente “personas armadas”, porque hubo presencia de militantes o simpatizantes de varios de esos partidos?

Y lo más absurdo de dicho texto es su última línea en la que dice: “Solicitamos a todas esas personas retirarse de las sedes…”. Esto bien vale varias precisiones y cuestionamientos. Primero, las personas que se manifestaban lo hacían fuera de las sedes, haciendo valer el derecho que tienen de manifestarse. ¿Por qué Paula Ramírez pretendió coartarles ese derecho? ¿A quién se le ocurre pedirle a los manifestantes que se retiren a través de un comunicado de prensa que nunca leerán mientras se manifiestan? Segundo, ¿por qué pedirle a las “personas armadas” que se retiren, cuando lo que debió de hacer es ejercer su facultad para solicitar el apoyo de las fuerzas de seguridad y del orden del municipio, del Estado y federales?

En síntesis, la realidad exhibió al IEPC y a su presidenta Ramírez Höhne, pues ayer se realizaron los cómputos distritales y municipales sin contratiempos externos, no hubo actos violentos que impidieran llevarlos a cabo, y todas las deficiencias registradas fueron únicamente responsabilidad del árbitro electoral.

El IEPC y su presidenta Paula Ramírez han “coleccionado” una serie de conductas cuestionables a las que no debe de incurrir un árbitro electoral. Primero, lanzó su campaña de que “Votar es Xingón”, induciendo propaganda a favor de la candidata presidencial que se identificada con una “X” y que recurrentemente utilizaba, incluso en su propaganda, la palabra textual: “Xingón”: Luego, transmitió por su canal de You Tube sin autorización el tercer debate de candidatos a la gubernatura, lo que generó un escándalo porque en su transmisión fue mutilada la parte en el que el candidato de Movimiento Ciudadano, Jesús Pablo Lemus, agredió verbalmente a sus adversarias Laura Haro y Claudia Delgadillo, que le valió ser acusado de incurrir en violencia política en razón de género.

Y la “joya de la corona” de sus torpezas: La pésima operación del PREP que provocó que estén perdidos poco más de un millón de votos que no aparecen al confrontar las actas capturadas y contabilizadas del INE con las capturadas y contabilizadas por el IEPC, lo que llevó a la candidata a la gubernatura, Claudia Delgadillo, a la dirigencia nacional de Morena y a los partidos aliados a exigir la entrega de copias de actas legibles y advertir que solicitarán recuento de “voto por voto, casilla por casilla”, ante la falta de transparencia durante el desarrollo del PREP.

Así, todo lo que ha sucedido luego de la jornada electoral del domingo que ha enrarecido y enardecido el ambiente en la entidad, reiteramos, se llama Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, bajo la responsabilidad de Paula Ramírez Höhner, a quien señalan de parcial hacia el partido en el gobierno y de estar bajo las órdenes del inquilino de Casa Jalisco.