Cada vez que el gobernador Enrique Alfaro Ramírez se queja de la falta de apoyo, de cooperación y de ser ignorado por parte del gobierno federal, es un reconocimiento tácito de que su estrategia de confrontación con el presidente Andrés Manuel López Obrador y su equipo a la que recurrió desde el arranque de su administración, ha generado consecuencias negativas para Jalisco y los jaliscienses.
Son múltiples los casos -aquí asentados y comentados- que han evidenciado que anteponer el interés político-electoral y pretender crearse una imagen para trascender a nivel nacional con miras a las elecciones presidenciales del 2024, no es la mejor ruta para realizar un buen gobierno y ser reconocido por sus gobernados; por el contrario, distraerse y tener la mente en la sucesión presidencial le está costando caro a los jaliscienses.
La masacre -literal- del sábado pasado en La Jauja, Tonalá, donde fueron acribilladas -literal- 11 personas y dos más heridas, entre ellos un menor de edad, volvió a demostrar la política errónea del alfarismo de “pegarle” al gobierno federal con la mano derecha y estirar la mano izquierda en espera de apoyo.
Casi 22 horas después de la masacre -el domingo a las 17:45 hrs-, el gobernador Alfaro Ramírez salió a repartir culpas en sus redes sociales, y ahora señaló abiertamente al responsable. Dijo: “Es tiempo de que el gobierno federal y sus instituciones de seguridad también den la cara ante la difícil situación que vivimos en Jalisco como en el resto del país…”.
Y ayer lunes por la mañana, en el matutino de Ciro Gómez Leyva, declaró: “Llevo tres meses pidiendo apoyo del gobierno federal para combatir al crimen organizado en Jalisco y no he sentido acompañamiento (…). Hago un llamado enérgico y respetuoso para que asuma la responsabilidad”.
Curiosa y extrañamente el pasado 20 de enero -hace apenas mes y medio-, a través de un video desde los jardines de Palacio Nacional, el gobernador Alfaro nos presumió que había sostenido una reunión “amable y respetuosa” con el presidente López Obrador, y nos contó, con generalidades, lo que trataron ahí.
Dijo: “Abordamos, por supuesto, la agenda de seguridad y los desafíos que vamos a enfrentar este año juntos”, y destacó que “abrimos un canal de comunicación para revisar algunos pendientes para ajustar algunas cosas, aclarar dudas…”.
¿Cómo es, entonces, que a los jaliscienses no dijo hace mes y medio que tuvo un encuentro con López Obrador “amable y respetuoso”, que “abordamos la agenda de seguridad” y que abrieron un canal de comunicación para revisar pendientes, ajustar algunas cosas y aclarar dudas, y ahora se queje con Ciro Gómez Leyva que desde hace tres meses pide apoyo al gobierno lópezobradorista y no le hacen caso?
¿A quién le mintió: a los jaliscienses o a Gómez Leyva?
Si su encuentro con López Obrador hace mes y medio fue tan exitoso como lo difundió, y abordaron el tema de la seguridad pública, donde debió de solicitarle más apoyo para enfrentar a la delincuencia organizada, ¿por qué ahora se queja de que desde hace tres meses pide ese apoyo y es fecha de que no le hacen caso? Algo huele mal…
Y por si fue poco, casi al mismo tiempo que Alfaro hacía esas declaraciones a Gómez Leyva, desde la rueda de prensa “mañanera” el presidente López Obrador le respondió a su queja del domingo. Dijo: “Estamos actuando. Hay mucho más presencia de la Guardia Nacional en Jalisco que antes -¿antes de qué? porque antes de su gobierno no había Guardia Nacional, vale aclarar-. Está participando la Sedena, la Semar (…) Estamos ayudando para serenar Jalisco, Michoacán, Guanajuato y Zacatecas…”.
Y luego reveló algo que pone en entredicho lo que Alfaro declaró a Ciro. Dijo el presidente: “Hablé con el gobernador de Jalisco hace un mes -¿se referirá a la del 20 de enero?- y se acordó que vamos a reforzar, aunque hay presencia, pero se va a reforzar la Guardia Nacional, Ejército y Marina. Ya lo instruí desde hace un mes y se está utilizando a más elementos. Ayer volví a plantearlo y también hoy por la mañana”.
Más que quejarse, de manera generalizada, de que no ha sentido acompañamiento del gobierno federal en el combate al crimen organizado, el Mandatario jalisciense debería decir las cosas como son y denunciar que el presidente López Obrador no ha cumplido la promesa que le hizo hace mes y medio o hace un mes que se reunieron.
Si es así, ¿cuál será la causa de esa falta de apoyo del lopezobradorismo al alfarismo? ¿Por qué el gobernador Enrique Alfaro no sentirá ese “acompañamiento” del presidente López Obrador?
Dice un dicho: “Se cosecha lo que se siembra…”, en este caso, lamentablemente para los jaliscienses.