A tres semanas de haber iniciado las campañas a gobernador en Jalisco no aparece la figura de estadista o líder político capaz de sacar adelante al estado los próximo años.
Una cosa es que Enrique Alfaro mantenga una ventaja por concentrar en él la decisión de la gente de votar contra el PRI, y otra que realmente sea un estadista. En su ceguera política, el votante jalisciense está dejando pasar las triquiñuelas que ha realizado Alfaro como presidente municipal en los diferentes municipios que ha ganado.
Cosa diferente es la campaña de Miguel Castro, lo único que podía permitir que Castro ganara, era el trabajo de su partido, que pomposamente presume ser el de las grandes organizaciones y los cuadros políticos sólidos, sin embargo, Miguel Castro se ve solo, y sin partido, la salida de Héctor Pizano fue el golpe final contra el candidato priista.
El candidato a gobernador de MORENA, es eso exactamente, el candidato del partido de Andrés Manuel y eso basta para ir en ascenso, pero su liderazgo político no se ve, se nota presupuesto y apego a las propuestas de AMLO, pero solo eso.
Miguel Ángel Martínez del PAN, le falta partido, muchos que vivían del presupuesto huyeron en busca de Alfaro, retrocediendo al PAN a los años 80’s. Es tal vez el candidato con mejor organización partidista, pero es muy básica para alcanzar ganar.
Así pues, hoy más que nunca recuerdo la frase que repitió alguna vez “El Chacho”: La caballada está flaca.