Mientras Morena y aliados preparan y presentan la impugnación a la elección por la gubernatura -que anunciaron harán a más tardar el viernes-, Jesús Pablo Lemus Navarro continúa presuroso reuniéndose con líderes políticos y factos como el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, el cardenal José Francisco Robles Ortega y el rector general de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva Lomelí, tres personajes cuidadosamente elegidos por lo que representan: el primero, el jefe político -aunque diga que él no se metió en el proceso-, de Movimiento Ciudadano; el segundo, el máximo representante de la Iglesia Católica; y el tercero, la máxima autoridad universitaria que, aparentemente, se la jugó con Claudia Delgadillo González.
Pero en esa prisa que tiene Lemus Navarro por generar una imagen de que él ganó a cabalidad -cuando los hechos demuestran otra cosa-, y de generar la idea de que su presunta victoria ya no debe ser cuestionada y, por tanto, que nada ni nadie se la quitará -cuando será el Tribunal Electoral el que tenga la última palabra-, ya comienza a designar a sus colaboradores que harán el trabajo de “transición”, ha dicho en reiteradas ocasiones.
Contra lo que acostumbraban hacer aquellos candidatos que ganaban sin cuestionamiento alguno, de dedicar las primeras semanas posteriores a la jornada electoral y luego de recibir su constancia de mayoría, a recorrer las principales regiones del estado para agradecer a la ciudadanía los votos que recibió para su triunfo, Jesús Pablo se le ha olvidado ese gesto porque le urgen crear un escenario de que él ya es el “gobernador electo”.
Así como salió desbocado y presuroso a declararse ganador -apenas 35 minutos después de la hora de cierre de casillas-, sin prueba alguna que lo sostuviera y sin que el árbitro electoral le llamara la atención -ya sabemos que fue el candidato preferido del IEPC-, al abanderado emecista le urge que los jaliscienses se convenzan de que su “elección” fue impecable y que su cuestionado triunfo -hasta que el Tribunal diga otra cosa o lo ratifique- es, paradójicamente, incuestionable.
Es así que, en este marco, ayer designó al ex alcalde de Tlajomulco y su coordinador de campaña, Salvador Zamora Zamora, como el coordinador político de la transición, que se encargará de la comunicación con los diversos sectores políticos y sociales; o sea, realizará el trabajo que lo pondría en la antesala de la secretaría general de Gobierno, aunque a ver si no concluye que lo necesita más en el Congreso del Estado como coordinador de la bancada emecista ante la composición como quedó integrado.
Y como coordinador operativo de la transición designó al ex candidato al Senado, Alberto Esquer Gutiérrez, a quien prácticamente le debe los buenos resultados que pudo obtener en el resto del estado durante la campaña, pues lo ayudó a entrar a municipios donde era un desconocido. Pese a este nombramiento, nunca se olvidará lo que Lemus Navarro piensa de Esquer Gutiérrez y del dirigente estatal de Movimiento Ciudadano, Manuel Romo. Y digo que aún piensa, porque nunca no sólo no se disculpó públicamente de la majadería en la que incurrió, sino porque nunca ha declarado públicamente que está arrepentido de los calificativos que les impuso.
Es más, Lemus Navarro nunca ha dicho que eso que dijo de Esquer y Romo, en diciembre del 2022, ya no lo piensa. Y eso que piensa, aún sigue circulando en redes con su imagen y sus audios, y no podrá negar nunca que lo dijo.
No hay duda que Salvador Zamora y Alberto Esquer tienen la capacidad y la experiencia para cumplir con las tareas que les han encomendado, ellos están fuera de toda la discusión postelectoral, pues finalmente su trabajo durante la campaña está a la vista.
Pero por eso digo que la campaña de Movimiento Ciudadano fue una campaña de la “hipocresía” y si el Tribunal Electoral resolviera a su favor -todo puede suceder-, el sello del gabinete estatal sería ese: el de la hipocresía.
Pero aun falta mucho camino por recorrer, y seguramente Jesús Pablo Lemus continuará con esa prisa, con esa urgencia, por hacer creer que ya todo está definido. Pero, no. Apenas iniciará un nuevo capítulo de la misma historia, cuando los tribunales electorales atiendan el reclamo de la coalición Sigamos Haciendo Historia ante la falta de certeza y transparencia que debe de estar garantizada en toda elección por la autoridad electoral.
Al tiempo…