Mientras llega la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) sobre la impugnación a la elección por la gubernatura, los asesores de Lemus Navarro deberían de enviarlo a tomar unos cursos para que sepa diferenciar entre lo que es una ceremonia de gobierno y lo que es un evento político-partidista-electoral, para que no cause pena ajena con sus declaraciones como las de ayer.
Lemus Navarro cree que López Obrador y Sheinbaum Pardo son igual de ignorantes y que no saben distinguir entre la institucionalidad de una ceremonia de gobierno y la celebración de un evento político-partidista-electoral, y de paso cree que los jaliscienses también lo son porque seguro le creerán todo lo que él declara.
Jesús Pablo declaró ayer: “Me parece que ya el asunto está muy definido, Vale la pena destacar que ni el presidente López Obrador ni la doctora Claudia Sheinbaum, en el evento del sábado, se pronunciaron acerca de las elecciones en Jalisco. No hubo absolutamente ni un pronunciamiento. Esto hace ver que ellos han dado la vuelta a la página y que están en una conducta democrática y de respeto a la elección en Jalisco (…). Pero la conducta de la doctora Sheinbaum y del propio presidente Andrés Manuel López Obrador de ni siquiera mencionar absolutamente nada del supuesto conflicto electoral de Jalisco, hace ver que el gobierno federal ha dejado ya sola a la candidata de Morena en Jalisco”.
¿Por qué no le dan a leer cualquier libro de Teoría del Estado (el de Francisco Porrúa Pérez es muy recomendable)? No todo es Tik Tok, Instagram o cualquiera de las redes sociales en las que tanto le gusta frivolizar.
La del sábado fue una ceremonia de gobierno, un acto de Estado, no un evento político, partidista o electoral, aunque a eso quiso llevarlo el gobernador Enrique Alfaro cuando habló de los “fraudes de a de veras y no de mentiras”.
Ni el tema de la ceremonia ni los protagonistas del mismo: el presidente de la República y la presidenta electa de la República, iban a menospreciar la inteligencia de los habitantes de Temacapulín, Acasico y Palmarejo para hablar del “cochinero” electoral que con el aval del Instituto Electoral y de Participación Ciudadano, y la aprobación del Tribunal del Estado, se llevó a cabo durante el escrutinio y cómputo de las elecciones. No. López Obrador y Sheinbaum Pardo no iban a faltarle el respeto a esos líderes que arriesgaron su vida por defender lo que consideran suyo y a los habitantes, aunque ya muy pocos, que acudieron a la plaza satisfechos por el triunfo obtenido en defensa de su territorio.
Para Lemus Navarro, la ceremonia del sábado debió de haberse “rebajado” a un pleito político-electoral y que si no se hizo, fue entonces porque los presidentes -en funciones y electa- “han dado vuelta a la página” y “han dejado ya sola a la candidata de Morena en Jalisco”.
Pero la verdad es que Jesús Pablo sabe que la presencia de Leonel Cota y de Esthela Damián en el equipo de Morena que encabeza la impugnación de la elección a la gubernatura y a la presidencia municipal de Guadalajara, son los ojos y oídos de López Obrador y Sheinbaum Pardo, quienes lo que sí volvieron a dejar en claro el sábado pasado aquí en el mero Jalisco, es que no lo reconocen como el “gobernador electo”, al no autorizar que estuviera presente en un evento de gobierno, una ceremonia institucional.
Eso fue lo que López Obrador y Sheinbaum sí quisieron dejarle muy claro a todos los jaliscienses.
Lo demás, ya lo definirán los magistrados del Tribunal Electoral de la Federación.
Y si no, al tiempo…