El jueves pasado, un día después del encuentro del gobernador Enrique Alfaro Ramírez con el presidente Andrés Manuel López Obrador en el despacho principal de Palacio Nacional, Jesús Pablo Lemus Navarro declaró a los medios de comunicación, en una entrevista “banquetera”, que “López Obrador, al haber recibido al Gobernador Alfaro, es una gran muestra que vuelta a la página en la elección a Jalisco…” y que “vendrán reuniones ahora con la presidenta Claudia Sheinbaum…”.

La verdad es que quien no le ha dado “vuelta a la página” a la elección por la gubernatura es el propio Lemus Navarro, cuyo equipo de colaboradores más cercano se ha dado a la tarea de recorrer varios municipios no sólo para promover a que salgan a defender -sin mucho éxito- el voto obtenido el pasado dos de junio, sino para pedirles que reactiven sus estructuras ante la posibilidad de que la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) anule la elección y ordene se convoque a una extraordinaria. Así sucedió recientemente, por ejemplo, en Ciudad Guzmán, Tuxpan y en Ocotlán, entre otros municipios.

Incluso, ayer el sindicato patronal de Jalisco, la Coparmex, publicó un desplegado en redes sociales en cuyo texto leemos el discurso que durante los últimos días ha recitado Lemus Navarro, la cúpula de Movimiento Ciudadano y algunas de sus principales figuras en el Legislativo, principalmente, exigiendo que “Morena y sus aliados (…) respeten la decisión de las y los ciudadanos expresada en las urnas” y que la Sala Superior “proteja y reconozca la voluntad electoral de las y los jaliscienses”, asumiendo a la vez el papel del juez y sentenciando con un fatal: “Jalisco ya votó y eligió a Pablo Lemus como gobernador”.

Sin embargo, al interior del equipo de Lemus Navarro y del propio partido Movimiento Ciudadano hay nerviosismo e inquietud ante las decisiones que se han tomado en otras entidades como Zacatecas y la Ciudad de México, donde las autoridades electorales han anulado las elecciones de la capital, en el primero, y de la ex delegación Cuauthémoc, en la segunda, por razones similares a las que han argumentado Morena y su candidata a la gubernatura, Claudia Delgadillo González, en su impugnación y Juicio de Inconformidad que ya está en manos de la Sala Superior.

¿Será por eso la publicación desesperada de la Coparmex, tres meses después de las elecciones?

En este sentido -aseguran fuentes cercanas al partido y al equipo del ex candidato-, la tarea se ha repartido: Lemus Navarro hace el trabajo externo de “socialité”, de “vender” el discurso de que ganó indiscutiblemente y de mentir cuantas veces sea necesario diciendo que López Obrador y Claudia Sheinbaum ya dieron por perdido Jalisco, e interpretando “a modo” actividades institucionales y de gobierno del presidente y de la presidenta electa, mientras que sus más cercanos colaboradores visitan municipios, se reúnen con liderazgos emecistas y con aquellos que se han beneficiados del apoyo por parte del gobierno del Estado, para pedirles que salgan a defender el voto, pero también para decirles que se vayan preparando para una nueva elección por la gubernatura.

Las mismas fuentes cuentan que han advertido un cambio en el ánimo, incluso, en la primera línea del gabinete estatal, pues si en las primeras semanas posteriores a la declaratoria de Lemus Navarro como ganador de la elección se “mofaban” de la queja de Morena, sus aliados y la candidata y demás equipo, hoy ya denotan nerviosismo, tensión e incertidumbre ante la falta de información sobre lo que viene en el corto plazo, pues tampoco se ha observado la integración de una estructura formal para la entrega-recepción, como en ocasiones anteriores en estas fechas, aunque en el gobierno del Estado sí se trabaja en todo lo necesario para una entrega sin sobresaltos, máxime si será a un gobernador interino que no será de MC, como es la elaboración de los “libros blancos”.

Otra señal que advierte que detrás de la cara sonriente de Jesús Pablo Lemus hay un rostro de preocupación, es la poca respuesta que ha recibido su llamado a defender el voto obtenido en las urnas en junio pasado, pese a las presiones que parte de su equipo hace sobre aquellas personas que recibieron el beneficio de los programas sociales del gobierno del Estado o que recibieron apoyos económicos, no obstante que les quitaban una parte de ellos para el “cochinito” de las campañas. Hoy les piden reciprocidad en apoyo al ex candidato a la gubernatura.

Tampoco hay mucho compromiso de los empleados de los gobiernos municipales o del Estado por defender el voto obtenido en las urnas, pero “manoseado” en el escrutinio y cómputo, porque carecen del sentido de pertenencia al tener que firmar cada mes su contrato de trabajo, pues viven con la incertidumbre mensual de si se les renovará o no. “La gente está cansada, molesta; hay apatía, desconocimiento, indiferencia y resentimiento”, aseguran.

Expresiones como “esto se está poniendo caliente”, son más común escucharlas cada vez más en los primeros niveles del gobierno estatal, donde se asegura que ante las declaraciones hechas por Lemus Navarro y las respuestas que ha recibido principalmente de la morenista Esthela Damián, en redes sociales, los hacen advertir que “la marea sube”.

Así, pues, mientras a Jesús Pablo Lemus lo mandaron a hacer lo que mejor sabe hacer: “vender” el grito de “¡Ánimo!” y mentir ante los medios de comunicación, en su equipo cercano se dedican a tratar de convencer a sus simpatizantes en los municipios del resto del estado de que defiendan lo ganado, mientras que al mismo tiempo se preparan en la retaguardia para una resolución de los magistrados de la Sala Superior en su contra y enfrentar una nueva elección para la que, incluso, se asegura, ya existe un “cochinito” “alimentado” con los apoyos que otorga el gobierno estatal. ¿Será?

Al tiempo…