En las millonarias licitaciones que lleva a cabo el Comité de Adquisiciones del Gobierno del Estado, hay una señal que confirma que detrás de ellas hay “gato encerrado”: la ausencia de la firma de su presidente, el secretario de Administración, Esteban Petersen Cortés.
Sucedió primero en la burda y simulada licitación del programa #ATodaMáquina y ahora en la cuestionada licitación para el nuevo programa de verificación vehicular. En ambas, quien firma es el suplente de Petersen Cortés en dicho Comité: Luis Arturo López Sahagún, ex tesorero del partido Movimiento Ciudadano y actualmente director general de Abastecimientos.
Y así como la simulada licitación de #ATodaMáquina, la correspondiente al programa de verificación vehicular ha llegado a la Contraloría del Estado para su investigación, tras la denuncia de que fue manipulada a favor de la empresa Worldwide Enviromental Products INC (WEP), según reveló ayer el periódico Mural. En la primera, la contralora Teresa Brito encontró faltas graves de las que señaló como responsables a tres funcionarios, entre ellos López Sahagún.
Ahora, el nombre de López Sahagún aparece en la licitación del programa de verificación vehicular, en la que la empresa ganadora no cumplió con todos los requisitos técnicos y administrativos -de acuerdo a lo publicado por Mural-, como contar con un software de control activa en al menos tres programas de verificación ya en operación, pues sólo lo comprobó en uno; no presentar estados financieros que garanticen que puede enfrentar el gasto para proveer dinamómetros y software para la operación del programa y que es causa de descalificación automática; así como presentar documentación fuera de sobres, por lo que también debió de haber sido descalificada inmediatamente.
Otra “papa caliente” llega a las manos de la contralora Teresa Brito, y nuevamente se pone a prueba que no se convierta en cómplice o cierre los ojos a tan evidentes irregularidades. En el caso de #ATodaMáquina salió bien librada -el balón está en la cancha del Tribunal de Justicia Administrativa-, pero la pregunta ahora es: ¿en esta caso actuará con independencia?
En los corrillos públicos se “cantaba” desde antes de que se llevara a cabo, que existía la sospecha de que la licitación para el programa de verificación vehicular estaba dirigida para favorecer a una firma en particular, lo que ahora se confirma con los recursos de inconformidad presentados por dos empresas participantes y las pruebas de dichas irregularidades.
¿Será mucha la coincidencia que en dos millonarias licitaciones, cuestionadas y que ameritan la intervención de la Contraloría del Estado, no aparezca la firma del presidente del Comité de Adquisiciones, Esteban Petersen?
¿Por qué Petersen Cortés no asume su responsabilidad como presidente del Comité de Adquisiciones y firma estas licitaciones? ¿Será, acaso, que tiene conocimiento que de antemano están amañadas, que van dirigidas a favor de un ganador ya previamente asignado, que las mismas son un “traje a la medida” para al que finalmente es declarado ganador, y como secretario de Administración no quiere ser cómplice y mancharse las manos?
Y no es corresponsable cuando tiene conocimiento de la presunta irregularidad y guarda cómplice silencio para no revelar y denunciar el “negocio” del que alguien o algunos dentro del gobierno obtendrían jugosas ganancias, y decide hacerse a un lado para que sea otro el responsable?
La ausencia de su firma, cuando menos, abre sospechas de que dichas licitaciones están arregladas para favorecer a una de las participantes y de que él no lo ignora. ¿O será que sabe leer el futuro?
Al tiempo.