Así como atinadamente exigió ante el presidente Andrés Manuel López Obrador que “no puede quedar en el olvido” la revisión de cómo se hizo y el costo real de la obra de la Línea 3 del Tren Ligero, a la que calificó de “ejemplo de falta de transparencia y planeación”, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, en un arranque de honestidad y sinceridad, debe reconocer públicamente que hoy los habitantes de la zona metropolitana se benefician de esta magna obra vial gracias a los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Jorge Aristóteles Sandoval Díaz.
No se ve bien que “salude con sombrero ajeno”, pero ya sabemos que así es la política donde también es muy cierto que “nadie sabe para quién trabaja”. Pregúntenselo al ex mandatario Sandoval Díaz y verán.
Desde el sábado pasado, el gobierno alfarista ha festinado como nadie la obra priista y se ha indignado porque el “grafitti” hizo acto de presencia en alguna de sus estaciones -la de Río Nilo-. Incluso, hasta regaló una semana de viajes gratis a quienes tenían que llegar a un destino en concreto como a quienes lo abordaron sólo con un mero paseo, mostrando una profunda irresponsabilidad ante los contagios de Covid 19 que aún siguen en incremento -el promedio de muertes diarias fluctúa aún entre 20 y 35-.
Vamos, hasta quien fue un férreo opositor a que la Línea 3 fuera elevada, como el presidente municipal de Zapopan, Jesús Pablo Lemus Navarro, anda como “niño con juguete nuevo” en lo que toca a la parte de este tren que recorre la ex Villa Maicera.
Pero por supuesto que no iban a tardar los priistas en salir a reclamar el reconocimiento para su obra, y lo hicieron ayer encabezados por su dirigente nacional Ramiro Hernández García, acompañado del ex gobernador Carlos Rivera Aceves y por el ex delegado de la SCT, Bernardo Gutiérrez, y quienes hicieron una serie de precisiones que si bien podrían aclarar la discusión que hay sobre el costo real de la obra, posiblemente sea ya tarde cuando a la ciudadanía esos datos ya no le interesan por estar disfrutando de un nuevo medio de transporte.
De entrada, Bernardo Gutiérrez destacó que al concluir los gobiernos priistas de Peña y Aristóteles, la obra quedó concluida al 95% y que el restante correspondió a trabajos del exterior. Luego aclaró que la obra no costó los 35 mil millones de pesos que dicen López Obrador y Alfaro, sino poco más de 28 mil millones, y que los casi 5 mil millones que éstos dijeron se destinaron para concluirla, o eran parte del pago inicial o simplemente no se aplicaron.
Ojalá y todas estas cuentas queden aclaradas alguna vez, pero sin duda quedarán en el olvido cuando el único interés de manejarlas es político. ¿O la Auditoría Superior de la Federación actuará como debe para deslindar responsabilidades? Eso esperamos.
Pero creo que el PRI y el propio Aristóteles Sandoval debieron de haber salido antes a reclamar la autoría y el reconocimiento ciudadano de esta magna obra, como también sus gobiernos deben asumir la responsabilidad de malos manejos si les son comprobados. Pero quizás haya una explicación a esa tardanza: El tricolor, está agonizando, y el ex gobernador prefirió aparecer como cualquier usuario más y tal vez no tiene interés en discutir con el gobierno alfarista un tema que pueda echarles a perder cualquier acuerdo político al que hayanh llegado.
Así, pues, “honor a quien honor merece”: La Línea 3 del Tren Ligero es obra de gobiernos priistas; su mantenimiento y el otorgar un excelente servicio será, por el momento, responsabilidad del gobierno alfarista y posteriormente de los que le sucedan.