El colmo del absurdo en torno al caso del Auditor Superior lo atestiguamos ayer cuando la fracción parlamentaria del Partido Movimiento Ciudadano, primero, y la dirigencia estatal del PRI, después, anunciaron que no apoyarán la “ratificación” de Alonso Godoy Pelayo al frente de la Auditoría Superior del Estado (ASEJ), posturas que luego celebró el legislador Pedro Kumamoto.
Y digo que es el colmo del absurdo -además de la ignorancia-, porque hasta ayer Godoy Pelayo nunca había declarado que pretendiera contender por un período más de siete años al frente de la ASEJ, no obstante que no está impedido para hacerlo. Ayer por la tarde, en una entrevista con los periodistas José Ángel Gutiérrez y José María Pulido, les reveló en exclusiva que él no tenía considerado contender por seguir en el cargo.
La realidad es que los alfaristas picaron el “anzuelo” que lanzaron los detratores del auditor -entre ellos algunos del mismo partido Movimiento Ciudadano-, y de ahí cayeron los demás como efecto dominó.
Todos confesaron que no “ratificarán”… ¡a quien nunca ha declarado que quiere o quería ser ratificado!
Esa idea la generaron los críticos de Godoy Pelayo, como también la versión de que el auditor los tenía amenazados y amedrentados a fin de que lo dejeran en el cargo a cambio de no aplicarles cargos en sus cuentas públicas. Pero ayer mismo el coordinador de la fracción parlamentaria de Movimiento Ciudadano y ex funci0nario de la Auditoría Superior, Ismael del Toro Castro, confesó en una entrevista radiofónica que, efectivamente, Godoy Pelayo nunca expresó su deseo de participar en el proceso de elección próximo y negó que éste los hubiera amenazado alguna vez.
Sin embargo, el escándalo orquestado en algunos medios de comunicación en torno a la persona del auditor logró presionar a los alfaristas que le “madrugaron” al resto de las fuerzas políticas del estado, e inclusive al propio Ejecutivo, y salieron ayer a declarar lo que ya sabemos y a lo que horas después se sumaron los priistas y Kumamoto.
Pero estos pronunciamiento están llenos de errores que demuestran ignorancia o, cuando menos, falta de cuidado en sus posicionamientos. Por ejemplo lo que declaró Del Toro Castro, según el comunicado oficial emitido. Dijo:
“Jalisco necesita un nuevo auditor porque la confianza entre la ciudadanía y esta institución (la ASEJ) está rota… La Auditoría Superior del Estado ha cumplido un ciclo”.
Veamos: El auditor superior no es la Auditoría Superior del Estado. En todo caso, según Del Toro, la confianza “ciudadana” se rompió hacia el auditor, no hacia la institución que es mucho más que su titular. Por otro lado, la ASEJ no cumplió un ciclo sino quien está al frente de ella. ¿O van a desaparecer la Auditoría Superior y crear una nueva figura de auditoría?
Luego habló el alcalde de Tlajomulco, Alberto Uribe Camacho, quien de acuerdo al comunicado expresó:
“El Auditor Superior, Alonso Godoy, cumplió un ciclo (…); hubo cosas positivas, sin embargo no es sano para la vida democrática que una persona durara en su cargo 14 años”.
Veamos: Fue el Congreso del Estado el que estableció el período de siete años para el titular de la ASEJ y Alonso Godoy, quien fungía como auditor superior en ese entonces, contendió por la titularidad en el marco de las reformas aprobadas por el Poder Legislativo y en función a que legalmente no estaba impedido para hacerlo. Si fue elegido, es porque cumplió con los requisitos de ley y el proceso de su elección fue avalado por la misma Suprema Corte de Justicia de la Nación. ¿Entonces lo conveniente es que el período de gestión del nuevo auditor sea menos de siete años?
Godoy Pelayo habrá durado en el cargo 12 y no 14 años.
Luego habló el presidente estatal del PRI, José Socorro Velázquez, quien de acuerdo al comunicado de su partido expresó:
“No ver condiciones para una posible ratificación del auditor Alonso Godoy… Respecto a cuál sería el perfil adecuado para este cargo (…), indicó que tendría que ser una persona honesta, absolutamente transparente (…) que ejerza sus funciones a cabalidad y se comprometa a sancionar a quienes desvíen recursos…”.
Veamos: No hay “ratificación” del auditor, lo que habrá será la elección del auditor en la que podría participar Godoy Pelayo en las mismas condiciones que los demás aspirantes que se inscribieran. O sea que su participación no implicaba que fuera obligadamente ratificado. Pero además, no es facultad de la ASEJ “sancionar a quienes desvíen recursos”, eso le corresponde a otras instancias comenzando por el propio Congreso del Estado presentando las denuncias penales respectivas, y a los Ayuntamientos cuando se aplican créditos a quienes no lograron solventar los cargos que les aplicaron.
Y para cerrar con “broche de oro” está la declaración del diputado Pedro Kumamoto, que según el boletín enviado por su equipo señaló:
“Si la clase política ya se puso de acuerdo para quietar a Godoy que bueno pero eso no es el último fin… Si bien hay un consenso de la no ratificación de Alonso Godoy, se debe construir un proceso abierto y transparente…”.
Veamos: Hay que decirle a Kumamoto que nadie se puso de acuerdo para quitar a Godoy Pelayo porque eso no sucederá. Simplemente el auditor concluirá el período por el que fue electo, que fue de siete años. Y vuelvo a lo mismo, no es “ratificación”, porque eso no existe en la ley.
Así, pues, bien lo dijo ayer el auditor superior en El Timbre: “No se puede hablar de que me cerraron las puertas cuando nunca me he acercado a tocarlas”.
11 agosto, 2016