Otro que sucumbió ante los cantos de los imagólogos fue el Rector General de la Universidad de Guadalajara Carlos Briseño Torres.
Así, una de las funciones de su asesor Mauricio Gudiño es la de darle una arreglada a la imagen física del político universitario y aspirante a la candidatura del PRI a Gobernador del Estado para el 2012.
Mauricio Gudiño presume a sus conocidos que él es el responsable de la mejoría de la imagen de Carlos Briseño, pues a estas alturas ya le quitó el bigote, le cambio el corte de pelo, le escogió trajes, camisas, corbatas y zapatos, además de someterlo a tratamiento faciales para suavizar su expresión.
Tal vez Briseño Torres debería saber que desde hace bastantes años se ha demostrado en la mercadotecnia política que este trabajo de los imagólogos es prácticamente insustancial en términos electorales.
Si fuera cierto que la imagen física, la ropa y el corte de pelo y las maneras son fundamentales para ganar una elección, Vicente Fox, Evo Morales, Hugo Chávez y Mario Marín -el amigo del Rector- nunca hubieran ganado sus elecciones.