Luego de ampliar por una semana -sin razón justificada- la “agonía” de Yeidckol Polevnsky al frente de Morena, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) confirmó ayer que regresa a su cargo como secretaria general y reconoce a Alfonso Ramírez Cuéllar como el nuevo dirigente del partido lópezobradorista.

Simpatizante recalcitrante del castrismo cubano y el chavismo de Venezuela, Polevnsky se aferró al cargo hasta el último minuto pero fue derrotada precisamente por su ambición de mantenerse en al frente de un partido, pero cuya responsabilidad debió de haber entregado el pasado 20 de noviembre.

Sus alegatos para justificar su permanencia, por un lado, y para invalidar el Congreso Nacional Extraordinario de Morena y la designación de Ramírez Cuéllar como dirigente interino, por el otro, no lograron hacer cambiar de opinión a los magistrados del Tribunal Electoral que desde hace ocho días tenían ya listo su veredicto.

Sorteado ya el relevo de la dirigencia interina, ahora Ramírez Cuéllar, con ese mismo carácter de interino, tendrá como tarea inmediata preparar y lanzar la convocatoria para la elección de un nuevo Comité Ejecutivo Nacional que cubra el período estatutario y que deberá de realizarse bajo la modalidad de encuesta como también lo mandató el Tribunal Electoral.

Sin embargo, tras su elección en enero pasado, Ramírez Cuéllar prometió “sacar del marasmo” en el que se encuentra Morena, pero no le será fácil o ni siquiera tendrá el tiempo suficiente para lograrlo, pues además de que deberá de dedicarse a preparar la asamblea electiva, tiene en casa al enemigo, ya que difícilmente Polevnsky y sus seguidores se quedarán con los brazos cruzados tras esta dolorosa derrota.

Hay que subrayar que los problemas al interior de Morena no se acabaron con la llegada del otrora dirigente de El Barzón a la presidencia, sino que incluso se corre el riesgo de que se agudicen ante la fractura profunda que se registró entre las cabezas de las dos corrientes que se disputaban el poder: la propia Yeidckol Polevnsky, derrotada, y Bertha Luján Uranga, presidente del Consejo Nacional morenista y quien hoy saborea las “mieles del triunfo”.

Y quizás las primeras consecuencias que veamos de la resolución del Tribunal se registren en los estados del país, como Jalisco, donde ahora se radicalizará la disputa por las dirigencias estatales entre los integrantes de las dos corrientes enfrentadas y que tuvieron como antecedente las asambleas “reventadas”, algunas violentamente, y cuya responsabilidad se lanzaron unos a los otros.

Creo no exagerar si presumo que los verdaderos conflictos dentro de Morena apenas inicia ahora que ya hay claramente vencedores y vencidos, a los que, éstos últimos, no advierto con el ánimo de no ajustar cuentas posteriormente. Y eso sucederá más temprano que tarde.

Así, pues, habrá que estar atentos a lo que viene después, ahora que ya se definió quién se quedará al frente de Morena, y sin duda creo que Jalisco será uno de los territorios donde la disputa será vital para el futuro electoral de este partido lópezobradorista.

Y si no, al tiempo…