Después del innegable triunfo en las urnas de Andrés Manuel López Obrador el primero de julio, y luego del reconocimiento casi inmediato de sus rivales electorales y del propio presidente de la Republica, todo parecía indicar que su periodo previo a la toma de posesión sería algo sin contratiempos políticos.

Sin embargo, apenas unos días después de su triunfo, Andrés Manuel ha tenido que enfrentar las malas decisiones de comunicación por parte de sus allegados o equipo cercano, situación agravada por la ausencia de división entre el rol que juega Andrés Manuel López Obrador como líder moral del partido MORENA y como futuro presidente de México.

Los problemas de comunicación para AMLO se han complicado por las tres siguientes causas:

-La deliberada ausencia en la escena pública del actual presidente de México, Enrique Peña Nieto.

-El candidato en campaña que habita en López Obrador y lo lleva a contestar todo.

-El desmedido protagonismo de algunos de sus cercanos.

Revisando el actuar de Andrés Manuel López Obrador y su equipo, podemos ver que el presidente electo de México desde que fue reconocido como ganador de las elecciones del primero de julio ya no debió de hablar de los temas de su partido MORENA, que MORENA resuelva los problemas y acusaciones que se le imputen o es que, ¿el presidente de México mantendrá sus manos dentro de su partido durante su administración?

Si hasta una semana antes de tomar posesión se hubiera dado la lista de nombres que gobernarán con Andrés Manuel López Obrador, nos hubiéramos ahorrado el tener que oír y leer las críticas -justificadas o no- para cada funcionario del futuro gobierno, con el consabido desgaste que esto origina.

Mucho daño a la imagen del próximo presidente de México genera el estar dando avisos sin sustento, sea por los delegados federales que aún no explica nadie cómo funcionará. El cambio de sede de las secretarías de estado de cuyas fechas de traslado nadie habla o las razones para ser escogidas las ciudades a las que irán, mucho menos la situación de los trabajadores de estas. ¿Y si los allegados a López Obrador se pusieran de acuerdo? ¿Hay o no vuelta atrás con la reforma educativa? ¿Se queda la Reforma energética? ¿A quiénes se les aplicará la amnistía?

El 53.1936% de la votación con que ganó en las urnas Andrés Manuel López Obrador merece un mejor uso político, permitirse el desgaste mediático por un pésimo manejo en la comunicación, es un error garrafal.