En su rueda de prensa ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador recordó que en marzo de 1994 había cenado con Luis Donaldo Colosio Murrieta dos días antes de su asesinato, lo cual fue destacado por la mayoría de los medios de comunicación.

Sin embargo, esa escena la reveló López Obrador en 1995 en su libro “Entre la historia y la esperanza”, donde la contó exactamente así:

“El 22 de febrero visitó a Tabasco el candidato del PRI a la Presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio. El acto central fue un mitin en la Ciudad Deportiva, de 35,000 personas, según el periódico El Nacional, o de 15,000, según La Jornada.

“Colosio llegó a las 10 de la mañana del día 21 y se fue al día siguiente a las 9 horas. Quizás nunca supo que sus 23 horas en Tabasco costaron 3, 169 millones 385,091 viejos pesos. Madrazo estaba urgido por ser el candidato a la gubernatura y echó la casa y el presupuesto por la ventana (…).

“Un mes después, el 21 de marzo, cené en casa de una amiga común, Clara Jusidman, con Luis Donaldo Colosio. El me buscó, consulté al ingeniero Cárdenas y me autorizó verlo. Colosio llegó impecablemente vestido, con un traje azul. Venía de su casa, de tomarse fotografías y videos con su familia para la imagen de su campaña.

“En general la plática fue cordial. Me expresó su interés de buscar un acercamiento con el ingeniero Cárdenas y con el PRD nacional. Me preguntó sobre mi propuesta de empleo -la idea de abrir frentes de trabajo, con la construcción de vivienda y de obras y servicios públicos para reactivar rápido la economía en zonas con altos índices de desocupación-. Luego de escucharme dijo, convencido, que había que regresar a Keynes. Yo le pregunté sobre su relación con Camacho. Me contestó que acababa de verlo, que habían limado asperezas, que el problema era entre Camacho y Salinas. La entrevista se prolongó casi dos horas, nos despedimos, quedamos en volvernos a ver. El salió al día siguiente a su gira por Sonora y Baja California, de donde ya no regresó con vida”.

Esta es, pues, la versión de López Obrador sobre precisamente aquel encuentro que tuvo con Colosio Murrieta 48 horas antes de su asesinato, encuentro que recordó ayer ante los reporteros.