Desde las 7:00 am, hora de New York, el gobierno mexicano está buscando comprar por medio de una oferta por 1,800 millones de dólares, los bonos del Aeropuerto de Texcoco a sus actuales dueños. Mantiene al mismo tiempo los trabajos en lo que sería el aeropuerto en cuestión.

La decisión de cancelar el aeropuerto en Texcoco aún está firme en el equipo de López Obrador, sin embargo, el parar las obras en Texcoco en éste momento harían caer en un incumplimiento con los inversionistas que compraron los bonos bajo la ley de New York; sí el gobierno mexicano cancela el proyecto del aeropuerto en Texcoco los dueños de los bonos podrían demandar por default, ocasionando litigios en cascada que el gobierno federal no podría controlar, pero sobre todo, que tendrían perdidos.

Las demandas en contra del gobierno mexicano arrojarían pérdidas económicas que complicarían más los planes de inversión y promesas de campaña hechas por López Obrador:

-Pagar 3,600 pesos a 2.2 millones de jóvenes.

-Aumentar a 1274 pesos la pensión para adultos mayores, extendiéndola a discapacitados.

-Otorgar 10 millones de becas a estudiantes.

-Crear 100 universidades públicas.

-Rehabilitar 6 refinerías y construir otra en Dos Bocas.

-Construir tren maya.

-En 3 años tener un nuevo aeropuerto funcionando.

Independiente del resultado que tenga el equipo de Andrés Manuel en su intención de compra, el anuncio de cancelación del proyecto del aeropuerto en Texcoco ya causó daños económicos, recordemos que:

-El lunes 29 de octubre, día en que se informó del resultado de la consulta pública sobre el destino del nuevo aeropuerto, el dólar se cotizó arriba de los 20 pesos, siendo ésta la mayor caída en dos años de la moneda nacional. Y de acuerdo con datos de Bloomberg, la moneda mexicana ese día fue la que tuvo el peor desempeño en el mundo.

-Octubre de 2018 fue el peor para el peso en 10 años.

-La volatilidad en el tipo de cambio que se ocasionan con éste tipo de acciones políticas y no razonadas económicamente, genera presiones sobre la inflación. Y las presiones sobre la inflación afectan a la tasa de interés, que repercute en la deuda pública primeramente y luego al consumo y a la inversión.

Para colmo de males, Andrés Manuel López Obrador recibe un país con una deuda pública mayor a la que recibió Enrique Peña Nieto: PIB – 32 % 3 T de 2012, 44.3 % 3 T de 2018.

Una inversión pública menor a la que recibió Enrique Peña Nieto: 4.3 % 3 T de 2012,  3.0 % 3 T de 2018.

Y con un déficit en la generación de empleo formal: 4 millones 061 mil 243. Solo 58 % de la meta de 7 millones de empleos planeada por Enrique Peña Nieto al inicio de su sexenio.

Económicamente nuestro país no está como para soportar el pago de penalizaciones a los inversionistas internacionales por cancelar el aeropuerto en Texcoco. Esperemos prevalezca los razonamientos económicos y no los políticos, por el bien de todos los mexicanos.