A una semana de iniciar su gestión como diputados de la LXIV Legislatura, la fracción parlamentaria del PAN en el Congreso del Estado comenzó con “el pie izquierdo” y frente a la eventualidad de una ruptura interna que pudiera llevarnos a ver algo similar a lo que sucede actualmente en la bancada de Morena que está dividida en dos: tres diputados aliados a Movimiento Ciudadano y los otros cuatro que se mantienen como oposición a esa mayoría oficialista.

Previamente a la instalación de la próxima Legislatura, sucedida el viernes con la Junta Preparatoria en la que 37 de sus 38 integrantes rindieron protesta y eligieron a los integrantes de la primera mesa directiva, en redes sociales advertimos que los diputados Isaías Cortés Berumen y Marco Tulio Moya Díaz amenazaban con no firmar su integración a la fracción legislativa del PAN como una manera de pelear por la coordinación del grupo, responsabilidad que se da por hecho que recaerá en Claudia Murguía Torres, quien es diputada y sería la coordinadora por tercera ocasión.

Ese día la única ausencia fue precisamente la de Isaías Cortés Berumen, y de la que no se dio ninguna explicación.

Sin embargo, trascendieron dos razones: 1. Al interior de Acción Nacional se manejó que su ausencia fue para presionar a la reciente electa dirigencia estatal para una negociación favorable en la que está en juego la coordinación de la bancada; y 2. Al exterior del partido trascendió que existían altas posibilidades de que el Tribunal Electoral les podría quitar una diputación por razones de equidad de género, regresarle al PRI la que le quitaron y le adjudicaron al Verde Ecologista. Si eso ocurriera, dicen en la bancada panista, el diputado “sacrificado” sería precisamente Isaías Cortés.

Independientemente de lo que resuelva el Tribunal, los panistas saben que como fracción parlamentaría no llegan cerrando filas, no obstante que los grupos internos lograron ponerse de acuerdo para elegir su dirigencia estatal sin conflicto alguno, pues mientras la presidencia fue para el Grupo del Comité Estatal, con Juan Pablo Colín, la secretaría general quedó en manos del Grupo de los Cortés, con Norma Cordero. Es por eso que ni los propios panistas saben qué sucede al interior de su bancada en el Congreso del Estado y están a la expectativa.

Pero a partir del primero de noviembre nos daremos cuenta si los blanquiazules lograron zanjar sus diferencias en el Congreso y caminarán juntos durante los tres años de gestión, pues de otra manera podríamos atestiguar votación diferenciada entre los cinco -o cuatro- integrantes de la bancada. Y en esto, Juan Pablo Colín no tendrá un arranque de gestión como él hubiese querido tenerlo: en unidad en el Congreso del Estado.

Iniciar con el “pie izquierdo”, pues, no es una buena señal.

Al tiempo…