Hoy viernes por la noche los panistas jaliscienses llevarán a cabo la sexta sesión extraordinaria de su Consejo Estatal que prácticamente será de mero trámite, pues llegarán a ella “en caballo de hacienda” Juan Pablo Colín Aguilar y Norma Angélica Cordero Prado como candidatos únicos a la presidencia estatal y la secretaría general, respectivamente, del Comité Directivo Estatal para el período 2024-2027.
Para no pocos militantes, la nueva dupla en la dirigencia llega con un “pecado” que pagan muy caro: Haberse aliado a su eterno adversario, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el pasado proceso electoral en el que no lograron ni siquiera que la candidata a la gubernatura fuera de sus filas. Es una mancha de la que su militancia se avergüenza, no obstante la votación recibida directamente en la boleta electoral con el cruce del recuadro azul.
Colín Aguilar y Cordero Pardo tomarán las riendas del PAN con un pobre militancia de apenas 19 mil 116 jaliscienses -la última actualización fue de anteayer miércoles 23-; con el estigma de haber sido un partido “satélite” del gobierno emecista de Enrique Alfaro Ramírez durante las dos legislaturas del sexenio en el Congreso del Estado; y con el pronóstico de que lo serán ahora en esta LXIV Legislatura para el gobierno de Jesús Pablo Lemus Navarro, Y de esa mancha también se avergüenzan.
Juan Pablo y Norma Angélica encabezarán la dirigencia de su partido que gobernará sólo 16 de los 125 municipios, el más importante es Tepatitlán de Morelos. Tendrán cinco diputados en el Congreso del Estado, de los cuáles sólo dos -de 20 en juego- pudieron ganar su distrito: Julio César Hurtado Luna y Marco Tulio Moya Díaz. Uno más llegará por la vía del “repechaje”: César Octavio Madrigal Díaz. Y dos por la vía plurinominal: Isaías Cortés Berumen y Claudia Murguía Torres, quien sumaría tres legislaturas de manera consecutiva y quien volvería a ser la coordinadora de la bancada.
El simple hecho de que hayan sido candidatos únicos a la dirigencia, habla de que el PAN dejó en el baúl de los recuerdos la mística democrática, de la competencia, que lo caracterizó y diferenció de los demás partidos políticos, particularmente del PRI que “institucionalizó” el “dedazo” para la designación de sus dirigentes y candidatos. Con este proceso electoral que concluirá hoy por la noche se consolida la fórmula que en los últimos tiempos el PAN ha aplicado para la elección de sus dirigentes: el “acuerdo” entre los grupos internos, pero bajo el dominio del denominado Grupo del Comité Estatal, al que se le responsabiliza de la “caída” del panismo en el estado, preocupado sólo por “administrar la derrota” para sus intereses particulares.
Cuando Juan Pablo Colín y Norma Cordero levanten el brazo y expresen el consabido: “¡Protesto!”, deberán de estar conscientes de que en sus manos está el futuro del PAN en Jalisco y que sólo tienen dos caminos por los cuáles conducir al partido rumbo al futuro: 1. El del sometimiento al gobierno en turno y seguir actuando como su partido “satélite” en el Congreso y sus alcaldías o 2. El de convertir al partido en un verdadero ente opositor a los caprichos y malas decisiones del gobierno al que en su momento sirvieron, recuperar la dignidad que algún día los llevó a gobernar por 18 años Jalisco, y recuperar los principios y valores que hicieron que los jaliscienses confiaran en él.
¿Por cuál camino decidirán conducir la máquina blanquiazul Juan Pablo y Norma Angélica?
Al tiempo…