Mientras en Jalisco el alfarismo se desdibuja en medio del escándalo del caso Teuchitlán y de la decisión del gobierno lemusista de remitirle toda la responsabilidad de lo sucedido en el rancho Izaguirre, en Nuevo León los emecistas municipales de todo el país corearon al unísono el “¡Presidente” ¡Presidente! ¡Presidente!…” a Luis Donaldo Colosio Riojas, quien el domingo prácticamente “destapó” sus aspiraciones presidenciales, aquellas que ensoberbecieron a Enrique Alfaro Ramírez antes de asumir la gubernatura en 2018 y que hoy “acaricia” en la imaginaría Jesús Pablo Lemus Navarro.

En un emotivo momento de rememorar -sin mencionarlo por su nombre- la figura de su padre en el 31 aniversario de su asesinato, Colosio Riojas “explotó” cuando sin retirar la mirada al discurso que tenía escrito frente a sus ojos -a diferencia de su padre es muy malito para improvisar o hablar sin tener que leer su texto-, declaró alzando la voz ante la euforia de los presentes:

“¡Me comprometo a encabezar, junto con todas y todos ustedes, un movimiento que no le tenga miedo a las ideas, que no se doble ante la presión y que entienda que el cambio no lo hace una sola persona, sino una comunidad que enteramente esté decidida a transformar su país…!”.

En ese momento, prácticamente al joven legislador pareció “quedarle chico” el partido, Movimiento Ciudadano, por el que ha sido diputado local en Nuevo León, presidente municipal de Monterrey y ahora senador por la misma entidad, ante la sorpresa de su actual dirigente nacional, Jorge Álvarez Maynez, quien momentos antes lo había “destapado” como uno de los seis prospectos a suceder a Samuel García en la gubernatura.

Y es que cuando Luis Donaldo expresó lo de “me comprometo a encabezar (…) un movimiento…”, no precisamente se refería al partido Ciudadano de Dante Delgado, pues remató con que ese movimiento que dice dispuesto a encabezar debe ser uno que “no se doble ante la presión”, posiblemente en alusión al triste y decepcionante papel que Movimiento Ciudadano jugó en las pasadas elecciones presidenciales del 2024 cuando se negó a sumarse al bloque opositor y jugar el papel de “comparsa” de Morena; el mismo que le tuvo miedo a las ideas y prefirió el frívolo espectáculo de sus dos frustrados aspirantes a la presidencia: primero Samuel García y luego el propio Álvarez Máynez.

Si bien en ese movimiento Colosio Riojas sumó “a todas y todos ustedes” -refiriéndose a los ahí presentes-, no esperó a que nadie más le pidiera, solicitara o suplicara que él lo encabezara, sino que él mismo se autodesignó para hacerlo. No esperó a que nadie más lo hiciera.

Y el día para hacerlo fue inmejorable: el 23 de abril, día en que se conmemoraba la muerte de Luis Donaldo Colosio Murrieta.

Pero Colosio Riojas tendrá mucho qué hacer para demostrar que realmente puede encabezar un movimiento nacional, porque decir de los propios neoloneses y regiomontanos, dejó mucho qué desear como diputado local y presidente municipal, cargos en los que no concluyó su periodo. La calificación que le dieron los “regios” como alcalde estuvo muy por debajo de lo que se esperaba. Y es que no basta el nombre y apellido para ser un buen político.

Para lograr su objetivo de ser candidato presidencial, Luis Donaldo tendría -si no hay alguna sorpresa- la ventaja de que en Movimiento Ciudadano la “caballada está muy flaca”, aunque quizás haya quien vea en el gobernador de Jalisco a otro prospecto que pudiera hacerle “sombra” o darle batalla, pero la herencia que le dejó el alfarismo difícilmente le permitirá lucirse como para ser tomado en cuenta. Otra posibilidad es que con el apellido como atractivo político, logre sumar en su entorno a varios partidos, no sólo a MC, que lo adopten como su candidato, apostando que el sentimentalismo pudiera ser determinante en las urnas dentro de cinco años.

Pero habrá que esperar para confirmar que el ímpetu de Colosio Riojas no fue “flor de un día”… del día en que se conmemoró el fallecimiento de su padre.

Al tiempo…