Cómo estarán las cosas en el Partido Revolucionario Institucional que anuncian una posible alianza electoral para el 2021 con un partido que, hoy por hoy, no existe en Jalisco: Morena.
Lo que hay son muchos Morena’s cuyas cabezas visibles se disputan la representación de un movimiento a la deriva, y cuya dirigencia estatal reclama el derecho de existir ante el desconocimiento de quien hoy encabeza el Comité Ejecutivo Nacional, Alfonso Ramírez Cuéllar, quien tampoco termina por “tomar las riendas” del partido que llevó a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República.
Imagínense, en Puerto Vallarta ya se construyen “castillos en el aire” sobre esta presunta alianza cuya candidatura se estarían disputando dos priistas: el ex alcalde Javier Bravo y el ex delegado de la CNOP, Antonio Lugo Morales, ante una presunta inconformidad morenista porque les impondrían un aspirante a la presidencia municipal que no es de su partido.
Por aquella costa jalisciense anduvo el dirigente estatal del PRI, Ramiro Hernández García, quien habría anunciado la posibilidad de que su partido contendiera de la mano de Morena en el 25% de las candidaturas, principalmente municipales. ¿Será que el presidente nacional priista, Alejandro, “Alito” Moreno, ya instruyó a los dirigentes estatales a tantear el terreno en sus respectivas entidades o es una iniciativa de Hernández García que luego pondrá sobre la mesa del CEN tricolor?
Y por el lado de Morena, ¿cómo es que ya están analizando la posibilidad de una alianza con el PRI, por ejemplo en Vallarta, cuando ni la dirigencia nacional ni la estatal han enviado señales de estar dispuestos a dar ese paso? Es más, quienes las encabezan no saben si serán ellos o no los que estarán al frente del partido para organizar el proceso electoral interno y luego enfrentar el constitucional.
Pero lo que sí es una reverenda vacilada es aquello de la presunta posibilidad de que el ex gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz sea candidato a la presidencia municipal de Guadalajara por la dupla PRI-Morena. Sólo difundir esa “noticia” es ya de por sí de risa, ahora imagínense ponerse a analizar en estos momentos la conveniencia o no de que así sea; de las posibilidades del ex Mandatario de ganar o no; de su desmedida ambición de vivir del erario municipal, máxime si termina cobrando como un regidor más; de su necesidad de seguir en los reflectores públicos, aún y cuando termine siendo presidente de la Comisión de Nomenclatura… ¡Qué ociosidad!
Un detalle al respecto: recordemos qué sucedió con uno de los gobernadores más populares y queridos en los últimos años en Jalisco: Alberto Cárdenas Jiménez.
Por supuesto que nuestra capacidad de asombro de lo que sucede en la política ya se agotó, porque todo es posible, pero ¿debemos de prestarnos a ese ridículo juego como no pocos se han prestado al juego lópezobradorista del avión presidencial, cuando los verdaderos problemas del país son otros más importantes y trascendentes?
Claro que no descartamos que llegado el momento, los tiempos, se estarán analizando posibles alianzas o coaliciones y seguramente ahí estarán negociando el PRI y Morena, pero ya con bases sólidas, empezando por confirmar con quiénes estarían negociando Alejandro Moreno, a nivel nacional, y Ramiro Hernández a nivel local.
También será importante tener un referente del peso que tendría Morena en los 125 municipios del estado para saber a partir de qué se negociará la alianza o coalición y el candidato de qué partido encabezaría la planilla, así como la manera en que se costearían las campañas, pues recordemos que las prerrogativas del PRI son ínfimas comparadas con las de los demás partidos competitivos.
Así, pues, si el PRI ya comenzó a lanzar “buscapiés”, no sólo para conocer la reacción de los morenistas sino para hacer “ruido” en los medios”, será, insisto, porque es mucha su necesidad de ir ganando terreno, pero eso no lo logrará “madrugando” con temas como el de la alianza, sino perfilando buenos cuadros de prospectos a una candidatura, que sean competitivos y que se ganen la confianza de la ciudadanía, y lo proncipal: que tengan un discurso qué ofrecerle a los jaliscienses, alejado de toda demagogia y de compromisos que no cumplirán.
Y si no, al tiempo…