Hoy por la tarde, Enrique Alfaro Ramírez rendirá lo que prácticamente será su último informe de gobierno como presidente municipal de Tlajomulco, toda vez que el tercero de la administración lo rendirá quien ocupe su lugar cuando solicite y le autoricen su licencia al cargo.
Sin duda que Alfaro Ramírez prepara una ceremonia digna de quien se ha convertido en el mejor alcalde de Tlajomulco, tras desastrosas administraciones de panistas y priistas, que han convertido a este municipio como el más claro ejemplo de la alternacia partidista, pues ha sido el único de la zona metropolitana que ya ha sido gobernado por los tres principales partidos políticos.
Pero no podemos dejar de señalar y reconocer la gran habilidad de Enrique Alfaro para dar “maromas” políticas y llevarse, hasra ahora, el aplauso del auditorio en el que hay quien lo ve como el gran salvador de Jalisco y por eso lo quieren de candidato a la gubernatura or el partido que sea…
Y él, claro, se deja querer… por el partido que sea.
Enrique Alfaro inició su carrera política como militante del PRI donde estuvo por más de 10 años y el que abandonó en 2005, tras haber contendido por ese partido por la alcaldía de Tlajomulco y ser derrotado por el panista Andrés Zermeño, quien se vislumbra será nuevamente el abanderado panista a esa alcaldía.
Para las elecciones del 2006, el PRD le abrió las puertas y lo hizo su candidato a diputado local por la vía plurinominal y, posteriormente, candidato a la alcaldía de Tlajomulco que obtuvo en 2009. Sin embargo, rompe con éste partido al enfrentarse al grupo que lo controla, el Grupo Universidad, que encabeza el ex rector Raúl Padilla López, pleito que toma como bandera Alfaro Ramírez para hacer crecer sus bonos políticos.
Y así como rompió con el PRI en 2005, ahora rompe con el PRD en 2011 cuando decide ya no reafiliarse, y lo hace asumir una posición antipartidista, asegurando que jamás en su vida volvera a militar en partido alguno… aunque luego reconoce que los necesita, al que sea, para ser candidato a lo que sea.
Desde su trinchera antiperredista le “coquetea” al PAN, al mismo tiempo que le hace “guiños al PRI. Y termina siendo éste partido quien se gana su corazón e inicia negociaciones para ser postulado por este partido para cualquier cargo de elección popular, en tanto se niega a rechazar que aceptaría la candidatura del PRD a la gubernatura.
Vamos, coloca tres redes de protección en sus malabares políticos: una blanquiazul, otra tricolor y una más amarilla.
Pero resulta que de pronto aparece otra red, esta de color verde, la del Partido Ecologista, que al parecer lo “cobijará”, en complicidad con el PRI, y lo lanzará como su candidato al Senado.
Sin duda que mejor “maromero” no puede haber, pues al mismo tiempo que despotrica en contra de los partidos políticos, lo mismo le da ser candidato del PRI, del PRD, del PAN… que del Verde Ecologista.
¿Será así?