¿Quién del equipo del gobernador Enrique Alfaro Ramírez no hizo su tarea con la alcaldesa de Tlaquepaque, María Elena Limón García, o los ocho presidentes municipales de la zona metropolitana, al más puro estilo priista, se sometieron sin chistar y mucho menos levantar la voz a la decisión del Mandatario estatal para imponerles la integración del Organismo Público Descentralizado de la Policía Metropolitana?

Y es que mientras Limón García se negó a firmar el acuerdo porque “no es posible firmar un convenio de asociación en donde no se detallan de manera clara las aportaciones de las partes, el esquema de transferencia de recursos, tanto humanos como materiales, pero principalmente que no parte de un diagnóstico de la metrópoli”, el resto de los alcaldes parece que o sí tuvieron toda esa información que María Elena reclama o no les importó conocerla y firmaron “a ciegas” por órdenes del patrón.

¿O acaso estamos en la antesala de un rompimiento de María Elena Limón, dos veces alcaldesa por el partido Movimiento Ciudadano, con el alfarismo, aprovechando un tema delicado, trascendente y de vital importancia para el municipio que gobierna, como es el de la seguridad pública debido a los altos índices de inseguridad?

¿Quién de los integrantes del gabinete era el responsable de hablar con cada uno de los presidentes municipales metropolitanos, informarles y explicarles las razones, los pormenores y los alcances de crear un OPD Policía Metropolitana, para que tuvieran toda la información y se les aclararan todas sus dudas, a fin de que llegado el día firmaran el acuerdo convencidos de su efectividad y de que era la mejor decisión para otorgarle la seguridad pública que hasta ahora no le han podido dar a sus gobernados?

¿Acaso el secretario general Enrique Ibarra? ¿O el coordinador del área de seguridad pública, Macedonio Tamez Guajardo? ¿O el subsecretario Manuel Romo? ¿Quién tenía esa tarea y no la hizo o fracasó con la alcaldesa de Tlaquepaque? ¿Quizás por la importancia del tema debió de haberlo hecho el propio Alfaro Ramírez? Y si lo hizo él, ¿cómo es posible que no le haya entregado toda la información que hoy reclama Limón García?

Para María Elena Limón, nunca tuvo toda la información necesaria para saber qué es lo que iba a firmar. No dijo que no la convencieron, no declaró que no lo firmó porque no le convenía, no denunció que había abuso de la autoridad estatal para con los gobiernos municipales. No, lo que ella denunció es que no hubo la información básica para saber qué es lo que estaba firmando.

Así de clara y contundente fue: “No se detallas de manera clara las aportaciones de las partes, el esquema de transferencia de recursos, tanto humanos como materiales…”. Pareciera que, por lo que dijo Lomón García, dicho convenio se elaboró en las rodillas y a toda prisa.

Pero además de todo lo anterior, ella subraya algo que parece ser era el punto de partida para este acuerdo: “No parte de un diagnóstico de la metrópoli”. ¿Pues qué fue entonces lo que hizo el Gobierno del Estado? ¿Qué acaso esto no debió de haberse trabajado de manera coordinada y de la mano de los gobiernos municipales? ¿Acaso todo se elaboró en Casa Jalisco o Palacio de Gobierno y sólo se llamó a los alcaldes para que, como súbditos, firmaran lo que estaba sobre la mesa? ¿Eso fue lo que sucedió?

Todo indica que así sucedió, si recordamos el desacuerdo público que tuvieron Macedonio Tamez e Ismael del Toro sobre si en el mando de la Policía Metropolitana debería de estar o no un militar y a quién le correspondía definirlo. En este pleito perdió Del Toro.

Sin duda, pues, grave es el desacuerdo y la negativa de María Elena Limón de firmar un acuerdo con el que presuntamente los habitantes de la zona metropolitana tendríamos una mejor seguridad público, pero hoy la postura de la alcaldesa de Tlaquepaque debe de ponernos en alerta sobre la eficacia y eficiencia de dicho convenio, pues ya reveló por qué no lo quiso firmar:

En una palabra: consideró que así como lo firmaron sus compañeros, no será exitoso. ¿O ella será la que esté equivocada?

Al tiempo.