Julio César Hernández
 
La agonía terminó…
 
Transcurrieron diez días que le bastaron a Beatriz Paredes Rangel para recabar una serie de información y elementos con los que pudiera tomar la decisión de cesar a Javier Guízar Macías de la dirigencia estatal del PRI.
 
Su enviado, Efrén Leyva Acevedo, le falló. No cumplió con la tarea encomendada, pues inclinó su trabajo a favor de quienes fueron el motivo de la rebelión. Se fue y dejó las cosas prácticamente igual que cuando llegó, salvo que dio instrucciones a Patricia Retamoza y Salvador Rizo, los sobrevivientes del equipo de Guízar, para que atendieran a los candidatos inconformes, a fin de reajustar las planillas. 
 
Por ello Paredes Rangel tuvo que recabar información a través de otras fuentes de toda su confianza, información que fue coincidente con la postura de los inconformes..
 
Javier Guízar fue citado por Beatriz Paredes para hablar hoy por la mañana. Coincidentemente esta cita se da después de que la dirigente nacional leyó las fichas informativas que le hicieron llegar por otros conductos y luego de recibir ayer, según cuentan, información que hacían ya insostenible a Guízar al frente del PRI.
 
La destitución de Javier Guízar destraba un problema que complicaba la situación a su partido con miras a las elecciones del cinco de julio, y vuelve a poner de manifiesto que cuando los impugnados dicen que no renuncian, no es sino el preámbulo de que el destino les depara lo contrario.
 
Ante sus “convidados de piedra” que lo rodearon en un salón del hotel Hilton, como muestra de un supuesto apoyo y respaldo que ninguno de los ahí presentes se atrevió a traducir en palabras, Javier Guízar aseguraba que no renunciaría.
 
Sabedores de que esa frase -“No renuncio”-, es el último “rasguño” que lanzan para tratar de agarrarse del último resquicio que les queda a quienes ya no quieren en el cargo, no restaba sino esperar su caída. Era cuestión de tiempo, nada más.
 
Y ese tiempo se le acabó. Beatriz Paredes ya no esperó más, lo mandó llamar con renuncia en mano y la ejecutó. Cuestión de tiempo.