Carlos Briseño Torres, el secretario general de la Universidad de Guadalajara, se la jugó abiertamente y de lleno con el candidato a gobernador derrotado Arturo Zamora Jiménez. Y no sólo eso, sino que jugó como uno de los principales operadores de la fallida campaña zamorista en contra de Emilio González.

A partir de esta derrota, muchos consideran que las probabilidades de que Carlos Briceño llegué a la Rectoría General de la Universidad el próximo año se esfumaron por su derrota al lado de Zamora y por haber sido la cabeza visible de la embestida institucional de la casa de estudios contra Emilio González, quien será el próximo gobernador. Estas voces señalan que esta supuesta desgracia de Briseño acabó beneficiando a otros aspirantes como Tonatiuh Bravo Padilla (ex vicerrector y próximo diputado federal del PRD, Raúl Vargas López (vicerrector) y a Juan Manuel Durán Juárez (Rector del campus de ciencias sociales y humanidades).

Sin embargo, el análisis de la sucesión en la Rectoría General, que dejará el próximo año José Trinidad Padilla, no puede ser tan simplista ni se le pueden quitar tan fácilmente a Briseño sus opciones en la pelea universitaria.

Es preciso recordar que durante los últimos 17 años la Universidad de Guadalajara ha estado dominada por un grupo político que encabeza Raúl Padilla López y que al interior de la institución no se ha creado aún un grupo contrario con la capacidad para pelarle la elección del próximo Rector a los padillistas.

También es fundamental considerar que el Gobernador del Estado ya no participa en la elección del Rector General, como lo hacía antes al escogerlo de una terna que le proponía el Consejo General Universitario, sino que ahora es éste grupo colegiado (en el que tiene mayoría el grupo Padilla) el que tiene la última palabra.

Otro elemento que debe tomarse en cuenta es que el grupo que encabeza Raúl Padilla está consciente de que la relación de la institución con los futuros gobiernos federal y estatal del PAN puede ser tensa y de confrontación. También en dicho grupo se está analizando con cuidado el papel que jugarán el ex Rector Víctor González Romero y el ex Vicerrector Ricardo Gutiérrez Padilla, antiguos integrantes del grupo de Raúl Padilla y que, luego de tener diferencias con el equipo se integrarán al gobierno de Emilio González.

En esta coyuntura política es de considerarse que las dos opciones que tienen quienes mandan en la Universidad es escoger como próximo Rector a un hombre que garantice absoluta lealtad al grupo y oficio político, ante las eventuales embestidas que pudieran venir de los gobiernos panistas, u optar por las relaciones públicas y pensar en alguien de mayor perfil académico y pudiera ser visto como una carta de buena voluntad hacia el panismo.

El grupo ya tuvo una experiencia difícil con Víctor González Romero, que fue designado gracias a su perfil académico y por su inexperiencia política, y quien puso en peligro la estabilidad del grupo político.

Ante esto es de considerarse que el grupo podría preferir para esta sucesión a alguien que garantice absoluta lealtad antes de querer hacer relaciones públicas con el PAN. Para los padillistas puede resultar de mayor preocupación la unidad del grupo y fortalecerse al interior que la relación con el panismo.

Y en ese contexto Carlos Briseño es uno de los aspirantes que más garantiza al grupo universitario la lealtad, factor que será fundamental a la hora de escogerle sustituto a Trino Padilla.

O acaso habrá quien crea que Briseño hizo campaña por Zamora y contra Emilio por voluntad propia y sin el consentimiento de Raúl Padilla. *Publicada en el Semanario Crítica, edición del 28 de agosto de 2006