Cuando está en pleno ascenso el número de contagios y muertes por Covid-19 -sólo ayer se registraron 202 y 26, respectivamente- y vamos rumbo al “pico” de la pandemia, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez decidió “lavarse las manos” y dejar en manos de los ciudadanos la responsabilidad de cuidarse y a los Ayuntamientos preparar los protocolos y la certificación correspondiente a la Fase Uno.

En un breve mensaje de poco menos de siete minutos, Alfaro Ramírez mantuvo la misma narrativa que lo ha caracterizado: repartió culpas a diestra y siniestra y deslindó a su gobierno de cualquier responsabilidad en los casos de contagio y muertes que va dejando el Coronavirus en la tierra que gobierna.

“Esta nueva realidad (más contagios y más muertes) no es producto de la estrategia de reactivación económica ni de la puesta en marcha de la Fase Cero”, argumentó, como si realmente creyera que tanto en una como en otra saldrían a la calle estrictamente los que necesitaran hacerlo, cuando él mismo primero llamó “pendejos” y luego no los baja de “irresponsables” a los que ignoran el llamado a quedarse en casa.

Pero luego vino la repartición de culpas:

“La relajación de las medidas se dió antes de que iniciara esta estrategia (…). El problema es que hay quienes pensaron quen no pasaba nada, que se podía regresar a la vida como la conocimos antes de iniciar la pandemia. Hoy estamos pagando las consecuencias”.

Y agregó: “La gente salió a la calle, muchos a trabajar, muchos otros solo a romper el encierro…”.

¿Y que hizo el gobierno para evitar eso cuando comprobó que un simple exhorto a quedarse en casa era como “un llamado a misa”? Nada. Creyó que con amenazar con la intervención de la fuerza pública a quien no cumpliera las reglas bastaba. Ya vimos las consecuencias de dar una orden así, sin antes capacitar a los uniformados y establecer un protocolo para ejecutar esa medida: la vrutalidad policiaca que llegó hasta el asesinato de un ciudadano por no portar cubrebocas.

Por eso, Alfaro Ramírez decidió asumir el papel de Poncio Pilatos, lavarse las manos y dejar el “balón” del Covid-19 en la cancha de sus gobernados:

“Hoy cada ciudadano tendrá que vigilar su comportamiento, ser consciente y hacerse responsable de su salud y la de sus familias”. Y como sacado de la manga de un mago, anunció: “Ha llegado el momento de poner en marcha una nueva etapa del Plan Jalisco Covid-19: la de la Responsabilidad Individual”.

Y para que no quedara duda de su deslinde y de lo que su nueva etapa significaba, agregó:

“Nos vamos a repartir la responsabilidad: los ciudadanos deberán de cuidarse a sí mismos y a su familia (…). La responsabilidad individual es ya el único camino para salir adelante. No podemos fallar”.

¿Qué esa responsabilidad individual no era desde el inicio de la pandemia? ¿No era responsabilidad de cada ciudadano cuidarse desde el primer día que se nos pidió quedarnos en casa? ¿Cuál es la diferencia entre lo solicitado en la Jornada Nacional de la Sana Distancia y la Fase Cero con el arranque de la Fase de Responsabilidad Individual? ¿No fue siempre la misma petición: cuídense y cuiden a su familia quedándose en casa? Si esa estrategia no funcionó, ¿qué se hizo diferente para lograrlo, más allá de darle carta blanca a las policías para abusar de los ciudadanos?

Luego de repartir las responsabilidades a los ciudadanos y gobiernos municipales, Alfaro nos dijo que ahora el gobierno estatal se “va a enfocar a reforzar nuestra capacidad hospitalaria (…); en ampliar la capacidad para hacer más pruebas y en ampliar la capacidad funeraria para el manejo correcto de cadáveres por el Covid-19”.

¿Qué no se nos anunció y aseguró reiteradamente en mensajes anteriores que todo eso -salvo la capacidad funeraria- ya estaba listo, que Jalisco estaba preparado en la capacidad hospitalaria y en la aplicación de más pruebas?

Así de sencillo, pues, la respuesta del gobierno del Estado ante el incremento veloz en el número de contagios y muertes: es responsabilidad de los gobernados. De nadie más.

Por cierto, ¿cómo sabremos si la mayoría de los contagiados y de quienes lamentablemente han fallecido son o fueron personas que “salieron a la calle a romper el encierro”. Este discurso nos lo vende el gobernador. ¿Se lo compramos?

Al tiempo.